𝕾𝖊𝖒𝖕𝖎𝖙𝖊𝖗𝖓𝖔: 𝑸𝒖𝒆 𝒅𝒖𝒓𝒂𝒓á 𝒔𝒊𝒆𝒎𝒑𝒓𝒆 𝒒𝒖𝒆, 𝒉𝒂𝒃𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒕𝒆𝒏𝒊𝒅𝒐 𝒖𝒏 𝒑𝒓𝒊𝒏𝒄𝒊𝒑𝒊𝒐, 𝒏𝒐 𝒕𝒆𝒏𝒅𝒓á 𝒇𝒊𝒏.
-Buenos días Nonna-saludó Atenea a su abuela, una de las únicas personas por las que daría la vida.
-Buen día dulzura, dejé tu café en el microondas-avisó la señora ya mayor que se había levantado más temprano solo para mimar a su nieta.
Atenea al fijarse en el microondas se dió cuenta del claro error, el Alzheimer le tomo partida y el café quedó en la heladera.
-Te dejé la cena en la cocina Nona, volveré tarde, ti amo-dijo la rubia utilizando el italiano al final. Dicho esto se fue al hospital.
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-Lo siento por llegar tarde, me dijieron que tenía un caso con plástica, linda especialidad, mayormente los que la práctican tienen un alto ego-dijo Atenea antes de entrar a la habitación del paciente.
El rubio, Mark Sloan, soltó una pequeña carcajada al escucharla, pudo descifrar que tipo de chica sería.
-Auch, Mark Sloan, el hombre con gran ego-se presentó algo divertido, pero siempre manteniendo su característico toque.
-A si, Atenea DeiBonetto-sin decir otra palabra entró a el cuarto con una linda y cómoda sonrisa, y detrás de ella venía el cirujano plástico con otra.
Una vez hablaron con el paciente y su padre, o eso intentaron. Jake era autista lo que hacía que el proceso de cirujía sea un poco más difícil.
Mark se fue a hacer a hablar con el padre del niño mientras ella se quedaba con Jake esperando que diga algo, a la vez le daba su espacio, si había algo que a Atenea le ponía muy nerviosa era ser obligada a hablar.
-Estoy cansado de ser raro-soltó él con una voz baja y tímida.
-Yo estaría cansada de ser normal, lo raro es cool-contestó la rubia sintiéndose identificada con Jake por haber dicho algo que su joven yo también alguna vez dijo.
-En la escuela me molestan por ser raro-
-Los mismos que hoy te molestan por ser raro mañana te envidian por eso. Jamás dejes que alguien te límite poniendote estupidas etiquetas, ni tú- dijo la chica desde la más sincera parte de su corazón.
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ɴᴀʀʀᴀ ᴀᴛᴇɴᴇᴀ:
-¿Nonna para que me llamaste?¿Pasó algo?-pregunté algo desesperada. Mi Nona era lo más importante para mí, la única persona que no se fue de mi vida.
-¿Dove sono le foto del nonno?-
automáticamente supe que era uno de esos ataques, escucharla decir “¿Dónde están las fotos del nonno?" Me dolió.Mi nonna vivió la mayor parte de su vida en Sisilia, yo solo lo hice hasta las 6 cuando me mudé con ella y mi madre a Estados Unidos.
-Nonna las fotos están en la segunda puerta del armario central, ve a dormir un poco que yo prepararé las mejores fotos-mentira, si le daría las lindas fotos del amor de su vida, pero también iría a el balcón de mi cuarto a fumar.
La marihuana era relajante, pero podría matarte, solo sería buena por un tiempo, como el amor. El amor es la mentira más grande inventada, el que te ama estaría dispuesto a pasar horas y horas contigo, lo máximo que me han amado a sido lo que dura el sexo.
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Estaba sentada afuera leyendo uno de esos libros donde todo sale bien, donde la vida parece más sencilla de lo que verdaderamente es.
-Me dijieron que una rubia de con linda sonrisa entró a trabajar, bienvenida solecito-levanté mi cabeza al escuchar esa voz, la voz de Alex, la persona a la que ayudé y ayudaría mil veces más.
-Patán, sabía que serías médico algún dia, eres increíble Karev-es sorprendente ver cómo había crecido como persona, sin hablar eso se notaba a leguas.
-Tú te hiciste médico con 16 años, supe que tuviste una cirujía ¿Fue mal y por eso estás afuera?-me preguntó antes de sentarse a mi lado.
-No, la cirujía fue fantástica, sigo teniendo los ataques de pánico-confesé algo él ya sabía pero jamás pensó que los seguia teniendo.
-Te ayudaré como lo hiciste tú, si no fuera por ti hoy estaría pelando en las calles y mendigando también-si, eso real, al igual que su sonrisa al recordar cuando juntando nuestro ingenio logramos ganar dinero. Yo para los remedios de mi madre, y el para la suya.
-Gracias patán-
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-Sabes que la mayoría de gente toma su cerveza adentro del bar-escuché que una voz me hablaba y al girar la cabeza ví al rubio y fornido de Mark Sloan.
-Nunca me interesó ser de la mayoría-
-Me di cuenta cuando te ví leer más de dos libros hoy, y te escuché hablando con uno de los niños-me dijo, sentí algo de vergüenza pero nada tan grave.
-Estoy tan cansada-expresé cerrando los ojos por tan solo un momento.
-Podriamos ir a mi apartamento-insinuó él.
-De eso estoy cansada, de que solo me quieran cuando tenemos sexo, quiero a alguien que me haga olvidar de todos los malditos problemas de mi vida. Quiero a alguien con quién bailar en esta lluvia, alguien que me escuche-decir esto fue tan relajante, tener guardado algo en tu cabeza y por fin confensarlo era una sensación única.
Sloan se levantó para tomar mi mano, la curiosidad me invadió, pero lo entendí. El iba a bailar conmigo bajo la lluvia, el me iba a ser feliz.
Muy pocos hombres hicieron eso por mí, Alex fue el único. Me pegó a él y bailó junto a mí, los minutos pasaron y nosotros seguíamos bajo la lluvia.
-¿Sabes?, escuché a las enfermeras decir 30cm, otras 50, ¿Pero 90?, Guau-hablé soltando una risilla en su cuello, al igual que él.
-Las enfermeras hablan mucho de mí, pero para sacarte de la duda podemos ir a casa-dijo sin despegar su mano de mi cadera, como llevaba haciéndolo desde hace rato.
-Guarda el pepino en la ensalada Sloan-le hablé divertida.
Seguimos bailando, nada más importaba solo nosotros, me movió cosas que nadie pudo, tal vez solo era un baile, pero por primera vez sentí que alguien me quiso.
Hola! Espero que les haya gustado este primer capítulo, está historia la llevo pensando hace mucho. Me haría muy feliz si votan y comentan. Los amo!
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𝕴𝖓𝖊𝖋𝖆𝖇𝖑𝖊- Grey's Anatomy
Random𝕴| Donde Atenea es contratada como pediatra. Y llega con problemas y adicciones. 𝕴| Y donde Mark jamás piensa enamorarse pero aquella chica conquistó su corazón.