Colgada por la vecina

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Se levantaba a las seis de la mañana y salía a correr por el vecindario con una Lycra y un sostén deportivo.

¡Como si ya no fuese suficiente delito pasearse con ese cuerpo por ahí!. También lo traía tan descubierto.

Luego sacaba a pasear a su perra de bolsillo, que ni demoraba la pobre, era un animal haragán y mimado, por la buena vida que le daba su dueña, que por cierto, aunque no los ostentara exageradamente con inmensas fiestas o portando autos extravagantes podía darse muchos lujos.

Aún recordaba que su madre— amiguísima de la mía— en mi último cumpleaños me regaló un IPod y yo estaba mirando a mi mamá sin saber si besarle los pies a la señora, no aceptar o ponerme a dar saltos mientras agradecía. Al final me quedé mirándola atontada por aproximadamente unos minutos hasta que mi madre me golpeó en la espalda con un: Agradece, Karla.

Karla, Karla, Karla. Gracias a mi madre hasta la señora Clara me llamaba así. ¡Qué odio!

Regresando al tema, luego se iba a su trabajo, resulta que la mujer estaba en el negocio familiar y se paseaba entre marcas conocidas de ropa, por eso se vestía tan jodidamente bien que si no me llegara a gustar la esperaba en una esquina y la asaltaba para robarle ropa.

Cuando regresaba del trabajo, bastante temprano ya que como buena vaga rica no tenía necesidad de trabajar como mula, a diferencia de mi que llevaba dos empleos ya porque estaba reuniendo para la universidad.

Y no es que anduviéramos mal de dinero pero, mis estudios eran bastante costosos.

El caso es que, luego del trabajo llegaba y salía a la media hora, rumbo al gimnasio, regresaba y salía unas horas más tarde siempre bien vestida, como de fiesta. Luego regresaba a eso de las dos siempre acompañada por alguna fulana con pinta de modelo.

Lauren Jauregui era mi ídolo a seguir desde los catorce y mi crush platónico desde los doce, por varias razones:

Es preciosa

Inteligente

Graciosa

Salió del closet como lesbiana cuando tenía dieciocho, en ese entonces yo tenía quince y recuerdo la que se armó. Clara no paraba de gritar y Lauren de lanzar cosas, se veía todo desde mi cuarto y hasta se oían los gritos. Clara, chancleta en mano, parecía una caricatura, mientras Mike la sujetaba ya en medio jardín.

Y aunque parece triste en realidad es gracioso, porque todos pensábamos que era alguna mierda homofóbica, pero luego nos enteramos que Clara reaccionó así porque cuando Lauren se lo confesó lo primero que le preguntó era si al menos algún día iba a darle nietos, que había muchos métodos y ella respondió con un: no quiero hijos y fue ahí donde se alteró la señora porque todos saben que Lauren es la primogénita y la más amada por la mujer.

Y yo toda enclosetada, babeando por la reina del orgullo gay.

Por último y más importante, cuando éramos niñas, nos besamos, fue un beso tonto y torpe, pero o sea, fue un beso de Lauren Jauregui.

Y se preguntarán ¿por qué estaba pensando todo esto?

Bueno, es que, ahí, de pie frente a su casa, tratando de golpear la puerta mi vida pasó por mis ojos.

¿Por qué mierda acepté?

Hacía meses que mi mamá y la suya me estaban dando la lata que si tenía que socializar, que si fuera a hablar con Lauren, que si éramos muy amigas de niñas, que si no sabían que había pasado.

Señora, que comencé a verle el trasero a su hija, eso había pasado.

Y entonces se pusieron a hacer estúpidas apuestas, la señora que si yo me atrevía a ir, se había apostado veinte dólares y mi mamá otros veinte a que no iba, entonces, claro, ¿cómo no iba a ir? si la mujer agarró los cuarenta, me los metió en todo el bolsillo y me dio un empujón fuera de MI propia casa.

She loves control~Camren One Shots HOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora