PROLOGO

4.8K 469 35
                                    

Todo era un caos absoluto.

Nadie de las cuatro grandes sectas entendía lo que sucedió, con ellos reunidos incluso si su fuerza se vio afectada después de los sucesos de ciudad sin noche deberían tener una mínima ventaja debido a sus números.

Eso no había sucedido en absoluto, el aire apestaba a sangre, una sola bocanada de este y se podría sentir el sabor metálico en la boca, no había un solo lugar o rincón sin un cadáver moviéndose aparte de los ocupados por los propios cultivadores.

Los muertos se levantaban y su lucha feroz hacia alusión a una macabra danza acompañada por el tétrico sonido de la flauta ghoul.

La cueva mata-demonios estaba rodeada por una barrera gigantesca de energía resentida protegiendo los tesoros más preciados del Patriarca Yiling junto con el resto de los remanentes Wen.

El mismo Patriarca estaba fuera de la cueva luchando contra los líderes de las cuatro grandes sectas esquivando los ataques de Zidian, bloqueando con Suibian los ataque de Baxia con apoyo de la energía resentida que se encontraba en el sable mismo, mientras burlaba los ataque de Jin Guangshan y lo utilizaba como escudo humano para evitar que Lan Xichen lo apuñalara con Shuoyue, todo al mismo tiempo que comandaba su ejército de muertos vivientes.

Al otro lado del campo de batalla la secta Lan dirigida por Lan Qiren intentaba traspasar o romper la barrera que rodeaba la cueva sin mucho éxito.

Esto distaba demasiado de lo que todos esperaban que fuera el asedio.

A diferencia de ciudad sin noche, dónde Wei Wuxian había tenido cierta consideración por los clanes Lan y Jiang evitando que la mayoría de los discípulos terminaran muertos o heridos de gravedad, esta vez parecía tener un rencor muy personal, porque sus muertos igualaban en número a los Jin, mientras que el clan Nie parecía ser prácticamente ignorado, siempre y cuando retrocedieran lo suficiente los cadáveres los dejaban en paz.

La mirada de Wei Wuxian barrio el campo de batalla antes de retroceder a una matriz anteriormente preparada la cual ningún líder de clan había notado.

Sus ojos fríos y crueles, muy diferentes a los que había mostrado en su infancia y juventud, ni siquiera la mirada de locura que había mostrado después de lo sucedido con Jiang Yanli se le comparaba.

Alejándose de Jiang Cheng y Nie Mingjue, tomo a Cheqing en su mano izquierda mientras hacía lo mismo con Suibian en la derecha, aprovechando la confusión causada por sus abruptos movimientos tomo a Jin Guangshan del cuello de su túnica por la parte trasera y le dió una patada en su espalda lo suficientemente fuerte para que saliera volando a los otros tres líderes de secta cayendo más específicamente sobre Lan Xichen y Nie Mingjue.

Para cuándo reaccionaron ya era demasiado tarde, el Patriarca Yiling había entrado a la matriz mientras colgaba a Suibian en su cintura y sacaba el sello del tigre estigio.

Tocando a Cheqing y activando la matriz lo último que se vio fue como una niebla oscura como la misma noche y destellos de un color escarlata envolvía al gran Patriarca Yiling mientras el cielo nublado se transformaba en nocturno de un momento a otro.

La caída de un solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora