Color de oro

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Lo primero que sintió al despertar fue un terrible dolor de cabeza.

Recordaba estar en Ciudad sin noche para vengarse de Jin Guangshan y después todo se volvía borroso, trozos de recuerdos florecían mientras otros se desvanecían, pero entre toda la bruma que había en su cabeza lo único que sobresalía de manera clara eran unos ojos dorados.

Ojos que en lugar de resplandecer cuál oro fundido tal y como los recordaba, se encontraban apagados con desesperante tristeza.

Intento con todas sus fuerzas levantarse de la cama de piedra para buscar a Lan Wangi, pero su cuerpo no respondía del todo.

Su cabeza parecía querer explotar en cualquier momento y lo último que necesitaba Wei Wuxian era que eso sucediera.

Como si todo hubiera estado perfectamente cronometrado la abuela Wen entro a la cueva y en cuanto lo vio despierto soltó lo que traía en las manos para acercarse a él inmediatamente.

-Joven maestro Wei, no debe levantarse, todavía no está en condiciones para hacerlo- Apurada y preocupada la abuela intento que volviera a acostarse pero la terquedad de Wei Wuxian no lo permitió.

Desesperado por el dolor y su aparente amnesia, Wei Wuxian se aferró a la ropa de la abuela con fuerza.

-Abuela Wen ¿Cómo regrese?- Necesitaba una confirmación de lo sucedido, necesitaba que alguien le dijera que lo que sucedió en aquella cueva fue solo una alucinacion.

Piérdete o morirás conmigo.

-HanGuang-jun lo trajo mientras estaba inconsciente, se fue poco después de que su condición se volviera estable-

Piérdete antes de que sea muy tarde.

Las palabras le llegaron como un balde de agua fría.

Piérdete, por favor, no quiero arrastrar a nadie más.

Con el sudor frío corriendo por su espalda y la confirmación de sus sospechas, su visión comenzó a nublarse para después perderse en negro.

Ah, realmente lo arruine.

La abuela Wen notando como caía inconsciente, lo sostuvo entre sus brazos, para con un último esfuerzo volver a acomodarlo, su vieja espalda dolorida por la fuerza ejercida.

Los sueños se volvieron pesadillas, las pesadilla realidad y la realidad sueños.

La segunda vez que despertó, lo recordaba todo; La muerte de su shijie, la explosión de poder del sello, el ser salvado por Lan Zhan para que posteriormente se le confesara, la respuesta que le había dado dentro de su confundida y cansada mente, la mirada de odio de Jiang Cheng y la emboscada de los ancianos de Gusu Lan.

Al incorporarse un pequeño mareo lo atacó, pero nada comparado a la primera vez que despertó.

Sentado en su incomoda cama, noto que ya era de noche, sin embargo, no tenía la energía para preocuparse por ello, sus ojos viendo a la nada completamente vacíos, desprovistos de emoción alguna.

Se sentía cansado y adormecido, realmente deseaba que todo fuera un mal sueño, pero comprendía que la realidad era está, Wen Qing y Wen Ning se habían ido, esta vez para siempre; su propio shidi no solo no lo apoyo, también ayudo a la secta Jin y para rematar la situación no sabe si la persona que ama se encuentra bien, obviando el hecho de que no puede ir a buscarlo.

Sus instintos le gritaban que fuera a su encuentro, la desesperación tampoco le ayudaba a calmarse.

Y por primera vez en años lloro, sollozos desgarradores parecidos a los de un ser en pena salieron de su garganta, pero eso es lo que era ¿No?

La caída de un solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora