La caída de un sol

El despertar de Némesis

Dentro de la cueva de matanza de demonios, Lan Wangi podía sentir como el cuerpo de Wei Wuxian se destrozaba para regenerarse una y otra, y otra vez.

Podía sentir la angustia y el miedo de su alfa.

Las sensaciones que le provocaban lo que sea que hubiera hecho.

Y desesperado se aferró a su lazo, enviándolo como un salvavidas al cual su pareja se sujetaría, colmando lo de cada emoción que pudiera expresar en ese momento.

Su alegría al por fin estar con la persona que ama.

El amor que sentía por su Wei Ying.

La esperanza que tenía de tener una familia con él.

Esperando y rezando a cada Dios que conocía para que su pareja regresara a salvó.

Wei Ying, por favor regresa a salvó.

Afuera de la cueva, sin embargo, era una situación completamente diferente.

Observando boquiabiertos, todos los cultivadores estaban asombrados por el gran tornado de energía resentida que nacía de la matriz que hasta hace unos momentos el Patriarca había activado, para alzarse hacia el cielo, cubriendo absolutamente todo de oscuridad.

La niebla causada por el flujo desmedido de energía resentida no permitía el paso de los rayos del sol.

Totalmente privados de la luz natural, nadie sabía que hacer.

La única acción que los líderes de secta pudieron realizar bajo tales circunstancias fue retroceder.

Oscuro y escarlata chocaban entre sí, la concentración de energía era tal que quemaba al tacto, el suelo gris ya había presentado quemaduras debido a la fricción.

La figura de Wei Wuxian se había perdido entre toda aquella masa de energía, y no podían acercarse sin terminar heridos o infectados por la energía resentida.

Y de un momento a otro, tal como comenzó, también termino.

El sol volvió a brillar sobre ellos, y los cadáveres con los que hasta hace un momento luchaban, cayeron como marionetas a las cuales les cortaron las cuerdas.

El tornado poco a poco se desvaneció para posteriormente revelar la figura del temido Patriarca Yiling.

Con la túnica destrozada y el cabello desordenado, Wei Wuxian por fin hizo acto de presencia.

Debido al estado de sus prendas, su pecho así como parte de su cuello quedaron al descubierto rebelando las marcas de emparejamiento.

Todos quedaron anonadados ante la vista que obtuvieron, aunque por razones muy distintas.

Jin Guangshan estaba iracundo debido a que, fuera lo que fuera que hizo Wei Wuxian, había resultado en el sello del tigre estigio convertido en polvo.

Lan Xichen al igual que Lan Qiren quedaron en shock al momento de reconocer a quien le pertenecían tales marcas, sería ridículo que no pudieran reconocer lo que obviamente representaba a su hermano pequeño y sobrino respectivamente.

La razón de Nie Mingjue no distaba mucho a la de los Lan, el conocía la verdad, tanto sobre el escape del segundo jade como sobre su casta.

Después de todo, él y Xichen no se ocultaban nada, prueba de ello eran las marcas de enlace que mantenían en sus cuellos pese a ser ambos alfas.

El resto de los cultivadores estaban sorprendidos porque existiera algún omega lo suficientemente loco para aceptar el cortejo de semejante persona, algunos de ellos felices creyendo haber encontrado una debilidad.