uno.

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Después de haber salido refunfunñando del lugar, el pequeño gatito caminó a pasos firmes hasta su casa, que no quedaba tan lejos del campo donde hace unos minutos estaba con su grupo de amigos. Luego de una corta caminada, ingreso a su cálido hogar observando sus paredes con colores pasteles que eran adornados con tiernos dibujos que él mismo había hecho. Y se sentía muy orgulloso de ello.

Sin perder el tiempo Jeongin caminó a su habitación para sacar una mochila, algo grande, de color negro típica de persona que va de excursión.
Comenzó a llenar aquella mochila con ropa suficiente para su estadía en ese territorio, con las esperanzas de no terminar en el plato de algún lobo gruñón.
-¡Les mostraré que no soy ningún cobarde! -gritó con enojo metiendo lo último a su mochila.

Salió de su habitación en dirección a su cocina pars también poner comida no perecible y una que otra botella de agua. Luego de haber guardado algo de comida en su mochila oscura, Jeongin caminó a pasos firmes soltando un gruñido de vez en cuando.

Caminó hasta la salida de su cálido hogar, giró su rostro hacia el interior tratando de recordar su casita con cariño y que ese recuerdo quede con él hasta su regreso del territorio de los lobos gruñones.

Salió de su casa cerrando con seguro la puerta que era de un color pastel, en la calle vió a sus vecinos y una que otra persona extraña caminar de un lado a otro con una gran sonrisa en el rostro, como si disfrutaran de ese momento.
Pero esa no era la suerte que cargaba nuestro gatito, ya que comenzó a caminar hacia la salida de el territorio donde él vivía con gran seguridad he iba en dirección a la de los lobos gruñones. Le tomaría en llegar uno o dos a lo máximo en estar ahí y con suerte encontrar un lobo que no sea tan gruñón.

Mientras caminaba se iba adentrándose a un pequeño bosque que daba como final de su territorio y daba inicio al del de las ardillas. Que eran muy amigables, si sabías tratar con ellos.

Estuvo caminando por unos cortos minutos cuando de pronto escuchó el resonar de las hojas secas que estaban en el suelo bajo sus pies. Con temor llevó su mirada y no logró encontrar nada así que siguió su camino.

Cuando de pronto no sólo escuchó el sonar de las hojas secas, si no que ahora sintió como le arrojaron algo en el cabello.

Cómo si se tratará de una broma, Jeongin levantó la mirada a uno de los árboles y ahí fue donde lo vió.

Una ardilla de un color castaño, veía con gracia al pequeño gatito que sonaba su cabeza con el ceño fruncido.

-¿Que es lo que quieres? -preguntó con enojo Jeongin mirando a la ardilla que aún lo veía riendo sobre el gran árbol.
El felino pudo reconocer el aroma característico de una ardilla.

Como si se tratara de magia, la ardilla se convirtió en hombre con un gran porte que aún miraba con gracia al felino. Mostrando así su sonrisa que dejaba a la vista sus adorables mejillas.

-¿Qué hace un gatito miedoso por estos lares? -preguntó medio burlón, él, ahora castaño, que aún se mantenía encima del árbol con las piernas cruzadas-¿Acaso no ves que ya está por oscurecer, pollito? -volvió a preguntar señalando con uno de sus dedos el cielo que ahora tenía un color rosa oscuro, característico de un anochecer.

-A ti no te importa -musitó aún resentido por el anterior golpe que había recibido -¡Ve a molestar a otro! -ordenó pisando fuerte con uno de sus pies.

-¿Acaso vas al territorio de los conejos, gatito miedoso? -indagdó con curiosidad el castaño que miraba en dirección al dicho territorio, Jeongin fue consciente que aún le faltaba cruzar ese territorio. -¿Vas a ese lugar?

Jeongin cansado de las preguntas del ardilla, decidió responder de una vez por todas y ahorrarse el cuestionario.

-Voy al territorio de los lobos -demandó firme Jeongin sintiendo como su alma felina se encogió en su interior con temor de sólo mencionar dicho territorio.

-¡Oh! -dijo con sorpresa el peligris mientras entreabría los labios -sabes que puede morir en garras de esos gatos ¿verdad?

-Lo sé -susurró el felino bajando la mirada cuestionadose si fue buena idea hacerle caso a sus amigos, pero el realmente quería probar que no era un cobarde. -pero tengo que ir y cumplir con el reto -dijo el gato llevando su mirada al mayor que ahora lo veía con curiosidad.

-¿reto? -indagdó-¿de qué reto hablas gatito?

-Tengo que ir al territorio de los lobos y traer un colmillo -no sabía porque le hablaba con confianza, si lo había conocido solo hace unos minutos.

Jeongin vió como el joven castaño bajaba con gran agilidad del gran árbol, como si lo conociera a la perfección, de un momento a otro ya de encontraba a su lado. Y cabe recalcar que se llevaban una gran diferencia de tamaño. El gatito se sentía bastante intimidado.

-Si deseas puedo acompañarte-dijo con total confianza el mayor viendo los ojos marrones del felino que lo veía sorprendido por sus palabras-necesito algo de aventura en mi vida... -se explicó soltando una sueve risa.

Jeongin aún asombrado asintió suavemente, algo de compañía no le vendría mal.

-Claro -terminó por decir el menor con una pequeña sonrisa en su dulce rostro.

Ambas personas comenzaron a caminar, uno al lado del otro con un silencio cómodo que los rodeaba, que había sido roto por el felino.

-¿Y como te llamas? -preguntó curioso viendo de reojo al mayor uqe caminaba a su lado con total tranquilidad.

-Han Jisung, ¿Y tú? -respondió con una sonrisa que no fue apreciada por el felino ya que tenía la mirada puesta al suelo.

-Yang Jeongin -respondió acompañado con un sonrojo, no pensaba que iba a conocer gente nueva en esta aventura.

-Mucho gusto, jeongin. -habló cálidamente Jisung extendiendo su mano en forma de saludo que fue correspondido por Jeongin. -espero que esta aventura sea muy divertida.

Jeongin sonrió soltando una leve risa asintiendo a las palabras del mayor.

૮₍'。• ᵕ •。'₎ა

Gatito Valiente | hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora