Capítulo 6

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Mark cerró la puerta en cuanto la pareja se alejó lo suficiente, la madera seca en la chimenea se había reducido a cenizas y la sala había vuelto a la penumbra que encontró cuando llegó, incluso el malestar en el estómago que tanto se había esforzado en suprimir había vuelto a causa de la ansiedad que le trajo verse frente a la verdad.

Se preguntaba si así se vería ante los ojos de toda la manada. Patético. Aferrado a un alfa que no le iba a permitir ir más allá de un celo, de la compañía de un rato en las noches de frío o la excusa de ser un amigo.

La angustia alcanzó a su lobo cuando entró a la habitación y se encontró con la mirada del azabache fija en él, el dolor aún presente en su rostro por mucho que se esforzara en pretender que estaba bien.

- Vino tu hermano -anunció con su voz apagada- aún tenías fiebre cuando llegó así que regresará por la mañana, te tiene buenas noticias -se esforzó en sonar animado y mostrar una sonrisa aunque las palabras del alfa siguieran dando vueltas en su cabeza-

- Ya se había tardado en tener cachorros, ese engreído irá de puerta en puerta a decirle a toda la manada -murmuró de mala gana-

- Estabas despierto, los escuchaste -afirmó. Consciente de todo lo que había pronunciado minutos atrás-

Jackson no negó ninguna de las acusaciones, pero evitó verlo a los ojos cuando se impulsó hacia atrás para apoyarse en el respaldo de la cama. Una mueca de dolor se reflejó en su rostro y una mancha de humedad coloreo los vendajes de rojo a causa del esfuerzo.

Mark advirtió de inmediato que la herida había vuelto a abrirse, dejando el abrigo tirado a mitad de la habitación para acudir a auxiliarlo, casi de forma instintiva. Lo que no esperaba era que Jackson rechazara su contacto, apartándolo con una mano cuando el menor intentó alcanzar los vendajes.

- Debes dejar de hacer esto -pronunció de inmediato al ver el desconcierto del omega- Él tiene razón, no voy a hacerte mi pareja, no habrá cortejo ni voy a marcarte y mucho menos te daré cachorros.

- Eso ya lo sabía -una sonrisa amarga se formó en sus labios al mismo tiempo que su lobo se agitaba de frustración- Siempre lo supe y lo acepté incluso antes de que esto comenzara. No me importa.

- ¡Con un demonio! Mark, sí importa. Hasta tu omega está harto -su voz elevándose en la pequeña habitación antes de quedarse en silencio para dar paso a una risa irónica- ya le da igual a quien aferrarse, pero sabe que necesita un alfa.

La confusión se hizo presente en el rostro del omega, no era justo que lo ofendiera de esa manera cuando llevaba años a su lado sin pedir nada a cambio.

- ¿De qué estas hablando, Jackson? -Exigió-

- ¿De qué estoy hablando? Estoy diciendo que tu omega ya encontró a otro alfa y parece que eres el único que no se ha dado cuenta -negó con la cabeza tratando de mantener una sonrisa para esconder lo herido que estaba-

Mark se levantó ofendido, después de todo lo que había hecho, después de todo lo que había sacrificado y lo acusaba como si nada de buscarle un reemplazo.

- Tienes un minuto para disculparte por lo que dijiste, Wang -sentenció el omega-

- ¿Disculparme? ¿Cuando eres tú el que lleva el aroma de otro alfa?- Jackson vio la sorpresa en el rostro del moreno, sus ojos almendrados evadiéndolo por la vergüenza- Ni si quiera lo habías notado y es porque tu omega ya lo aceptó. Hueles a él, ¿qué tan cerca debes estar de alguien para que te marque de esa forma? ¿no se va a molestar porque estés conmigo?

- ¿De esto se trata? ¿Estás celoso de Jiwon? -su voz resintiéndose a quebrarse con cada palabra-

- Solo estoy diciendo que vayas con el alfa que esté dispuesto a darte a una marca -finalizó.-

El silencio se hizo entre ellos, por unos minutos solo se trataba del aroma de ambos tratando de imponerse sobre el contrario, sus lobos gruñendo, heridos. Hasta que Mark volvió a romper el silencio.

- ¿Sabes? Antes de venir aquí Jiwon me dijo que eras un cobarde, yo te defendí y lo hice una vez más cuando fue tu hermano el que lo repitió -los puños del omega apretándose con cada palabra- pensaba que eras valiente porque luchas contra cualquier lobo y no entendía a lo que ellos se referían... pero tienen razón. No puedo seguir esperando a que tú te des cuenta.

El omega salió del cuarto sin darle tiempo al alfa de reaccionar, estaba cansado de llevarse siempre los sermones, de tener que dar excusas. Escuchó sus propios huesos acomodándose antes de ver el reflejo de su lobo en el cristal y desaparecer bajo la nieve.

Flores en invierno {Markson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora