Capítulo 22

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Un gruñido se escuchó al otro lado de la puerta cuando la anciana se asomó a la habitación del alfa. El enorme lobo azabache que cubría casi la totalidad de la cama, su cabeza elevada en  señal de alerta mientras sus colmillos sobresalían como una amenaza a aquella mujer que se atrevía a entrar en su espacio personal. 

—Llevo una semana viniendo y no lograr controlarte—hay una sonrisa triste y cansada en sus labios cuando el lobo finalmente se tranquiliza y ella se adentra en la habitación, tiene que acercarse a la cama para poder divisar el pelaje castaño que está oculto en la mata de pelo negro de lo pegado que se encuentra a él—Déjame revisar a mi nieto, Jackson

El lobo se levanta de mala gana y parece estar a punto de regresar a su lugar cuando el omega se mueve solo un poco tratando de recuperar el calor que perdió. El alfa se sienta a los pies de la cama, atento a cada movimiento que fuera a hacer la anciana. 

Jieun se sienta en la cama y suspira con cansancio antes de acariciar la cabeza de su cachorro, Mark lleva una semana inconsciente, los golpes y las heridas que sufrió durante su rapto finalmente estaban sanando y no quedaban más que pequeñas marcas que desaparecerían con los días, pero al parecer el miedo y el estrés al que fue sometido su omega terminó por reventarlo en el último momento. 

La omega pasa sus dedos por el pelaje castaño, tanteando las heridas antes de aplicarles un unguento con un fuerte aroma, el lobo no se mueve ni un poco y la mujer siente su corazón cada vez más pequeño porque es su bebé el que se niega a abrir los ojos y no sabe hasta cuando lo hará. 

Le ha pedido tanto a la Luna para que pudieran regresarlo con bien a la aldea y ahora era su lobo el que estaba tan aterrado que se negaba a despertar. 

—Sólo asegurate de que no pase frío—Jieun se inclina dejando un beso sobre la cabeza del omega despidiendose rápidamente porque sabe que no puede permanecer tanto tiempo interrumpiendo el territorio del lobo, los ojos del alfa sólo reflejan la frustración y la impotencia ya que no hay nada que esté en sus manos para poder recuperarlo así que se limita a asentir, negándose a ver a la mujer mayor a los ojos por la verguenza de haberle fallado a su nieto—si necesitas algo llámame de inmediato.

El lobo asiente y sigue cabizabajo a la mujer cuando esta camina a la puerta, la omega voltea a verlo antes de salir y le regala una sonrisa que es más una súplica porque en ese punto solo los cuidados del alfa pueden brindarle a su lobo la seguridad que necesita para despertar. Pero su relación está tan dañada y maltrecha, los lazos que deberían unirlos tal vez no tengan la suficiente fuerza para llamarlo de vuelta y es una realidad que nadie pone en voz alta, nadie se atreve a reprocharle a Jackson las decisiones que ha tomado porque el único que se atrevía a desafiarlo yace inconsciente en su cama.

Pero qué regaño necesita cuando es su alfa el que lleva años castigandolo, sometiendolo a un dolor tan intenso como la soledad a la que él lo recluyó al privarlo de su destinado. 

Y ha sido tan estúpido, tan irracional en su miedo de arrastrar a Mark al destino que vio a través de su madre que aceptó cada uno de ellos, sólo para mantenerlo a salvo. 

Para darle oportunidad de vivir sin miedo, aunque la realidad era que el único aterrado era él mismo. 

A Mark le toma un par de día más volver a su forma humana, la suavidad del cuerpo que lo cubre es lo primero que nota incluso antes de abrir los ojos, es tan cálido y confortable y su omega parece estar en una paz absoluta por primera vez en lo que parecen años. 

Su lobo está echado tan cómodamente que se niega a romper su burbruja de felicidad abriendo los ojos, el cuerpo caliente sobre él se mueve apenas y solo se acerca un poco más con un gemido que es casi de desesperación. 

Flores en invierno {Markson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora