Capítulo 4

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Mark sacudió la nieve atrapada en su cabello antes de entrar a la cabaña y dejar el frío tras de sí, había anochecido demasiado rápido y la pequeña sala se encontraba iluminada tan solo por las brasas que crepitaban al fondo de la chimenea.

El omega dejó el abrigo sin cuidado sobre un taburete y se dirigió a la cocina a paso suave para no despertar al lobo que descansaba en la única habitación. Mark fue directo a la pileta de barro, donde lavó las hierbas que acaba de recolectar, el agua helada ardía en los pequeños cortes que tenía en sus manos y tras un siseo decidió ignorar el dolor, no era a él a quien le urgía atención. No le fue necesario rebuscar en las cajoneras, sabía exactamente dónde se encontraba todo en esa cabaña y fue directo a un pequeño mortero de piedra en el que colocó un puñado de hojas antes de hacer una pasta verde y espesa con ellas, el aroma era fuerte, casi picante en la base de la nariz, tal como le había enseñado su abuela.

Jackson lo estaba esperando cuando entró a la habitación, sus ojos negros siguiéndolo en la oscuridad mientras el moreno buscaba la lámpara de aceite para iluminar el lugar. Ninguno rompía el silencio entre ellos, haciendo que el nerviosismo de Mark solo creciera mientras sus dedos torpes tratan de encender la mecha con los fósforos que habían traído del pueblo. Le tomó más intentos de los que le hubiese gustado, pero la mirada del alfa a sus espaldas ardía tanto como la llama atrapada en el cristal.

El omega trató de disimular una exhalación antes de voltearse hacia el mayor, su pálido rostro somnoliento y sus ojos pequeños de tanto dormir iluminados a penas por la tenue luz que descansaba a su lado. Mark hizo lo posible por evitar su mirada, enfocándose en los vendajes manchados de sangre que cubrían su torso, la furia de la mañana transformada en tristeza al ver a su alfa herido, al saber que a pesar de su constante sacrificio por la manada, aún había muchos lobos que no sabían valorar lo que hacía por todos ellos.

- ¿Podrías dejar de verme como si ya estuviera muerto? -Mark dio un pequeño respingo cuando el alfa lo sacó de sus pensamientos atrayendo su atención, era la primera vez que se enfocaba en él y descubrió en sus facciones demacradas una preocupación más a su lista.

- Lo que dije en la mañana... -balbuceó incómodo, antes de sentarse a su lado, a la orilla de la cama y acariciar los bordes de los vendajes para empezar a aflojarlos con tanto cuidado como le fuera posible- no eres solo otro lobo de esta manada, Jackson, eres nuestro alfa, te necesitamos para que esta aldea se mantenga como lo es hoy -"te necesito" quiso decir, pero las palabras se quedaron en la punta de su lengua-

- Lo siento -la voz del alfa grave y rasposa por la falta de uso, pero más sincera de lo que Mark hubiera esperado- intentaré dejar de ser un dolor de cabeza para ti, Markie.

- ¡Oh! Siempre dices lo mismo y sólo mírate, eres un desastre -exclamó con una pequeña sonrisa que no llegó hasta sus ojos-

- Supongo que así se siente ser viejo, hasta las heridas están tardando demasiado en sanar -Jackson recostó su cabeza sobre la almohada otra vez, más tranquilo ahora que habían dejado atrás la discusión de la mañana, odiaba que Mark estuviera enojado con él, era tan irritante y obstinado, encaprichado con que le diera la razón y lo que más le molestaba era que casi siempre la tenía. No soportaba cuando el omega se empecinaba y se ausentaba por días, evitándolo en el pueblo o buscando tareas que le impidiesen encontrarse con él y al final hallaba la forma de contentarlo, de reconciliarse con él para volver a tenerlo a su alrededor. Tenía la certeza de que haría lo que fuera para mantenerlo a su lado y es por eso mismo que era tan peligroso, ni siquiera había puesto una marca en su piel y ya se sofocaba cuando no lo notaba en su perímetro ¿qué sería capaz de hacer por él si lo hacía su pareja? Si llegaba el momento en que se viera obligado a decidir entre todo pueblo y ese hombre que se había convertido en su mundo entero.

Flores en invierno {Markson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora