11] Hay que arriesgarse de vez en cuando.

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Díganle “NOO” a la violencia y díganle “SII” al amor y la paz.

Pero en serio, porque siento que en cualquier momento Ian y Ares se van a agarrar por las greñas.

Les doy un consejo… Aprendan a ser maduros para poder buscar la solución a problemas de tal magnitud. Pero también aprendan a ser sinceros y no guarden secretos a sus mejores amigos. Sino estarás en un auto con miedo de que alguien salga con un ojo morado y un par de costillas rotas.

Y sí, estoy en el auto viendo hacia la casa de Ian donde está hablando con Ares seriamente. Era el auto o irme a mi casa, y terminar en el suelo muerta por querer ver a estos niños serios que no pelean nunca—que se note el sarcasmo—por la ventana, no era una opción.

Por lo menos estoy con Marco, así no temo tanto por el castaño, porque aja, dos contra uno no es nada justo.

Llegamos hace como diez minutos y Ares habla que habla con Ian; donde el castaño solo está de brazos cruzados en su pecho mientras asiente varias veces escuchando lo que el moreno tiene para decir.

Después de cinco minutos de ver a Ares darle a la sin hueso, viene caminando hacia acá para abrir la puerta del asiento de atrás donde estoy yo sentada.

―Sal, que Bennett quiere hablar contigo presente—Ordena.

Salgo del auto y camino lentamente hacia donde se encuentra Ian, que es en todo el medio del jardín del frente de su casa. Cuando voy llegando Ian me ofrece su mano, que al llegar a su lado se la acepto. Ian me jala a su lado aun sosteniendo mi mano como si su vida dependiera de ello. Miro a Ian que mira a Ares que está en el frente de nosotros, para luego mirar nuestras manos entrelazadas.

¿Qué está tramando?

Empiezo a sudar de los nervios de lo que pasará a continuación e intento dejar la mano de Ian, pero este me la sujeta más fuerte para que no sea fácil salir corriendo.

«Como te conoce»

Ares frunce el ceño al ver nuestras manos entrelazadas para luego cruzar sus brazos en su pecho—Te escucho, Bennett, ¿Qué tienes para decir ahora?—Ruge Ares tensando sus hombros.

Ian me mira y asiente para darme confianza de que de su parte no pasara nada malo.

Si supiera que él no es quien me da miedo que cometa una locura.

Este me aprieta la mano de último, antes de decir:

―Escucha Park, quiero que algo te quede muy claro—hace una pausa—. Si, tal vez no soy el mejor partido para tu mejor amiga, pero sino dejas que ella tenga sus propias experiencias, ¿Cómo esperas que sepa qué hacer?—Reta Ian. Pero como Ares se queda callado por la pregunta, el castaño sigue—: Mira Park, Aura—me mira tiernamente con una sonrisa, como si estuviera viendo una joya—, aunque me saque de mis casillas, sea testaruda, y muchas veces muy odiosa que den ganas de tirarla por un barranco—mira a Ares sin quitar la sonrisa de su rostro.

»Es la mejor chica que he conocido—Ares queda atónito por las palabras del castaño; palabras las cuales me sacaron la mejor de mis sonrisas, de esas que solo suceden cada ochenta y cuatro años. Sin embargo, Ian sigue—: Y a mí no me interesa que tú seas su mejor amigo, ni que salga el pato Lucas y me diga que ella no es para mí. La única opinión que me interesa: es la de ella—. Dice ahora serio mirando fijamente a Ares, dejándole saber que no lo intimida.

Al cabo de unos segundos de que el castaño haya terminado su relato, queda un silencio sepulcral en el ambiente, el cual está algo tenso por la mirada de ambos chicos.

Ian me aprieta la mano. Sé que se está conteniendo en este momento de no darle una paliza a Ares y, en serio que se lo agradezco que lo haga por mí.

¿Será amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora