4] Quiero escapar.

35 3 0
                                    


¿Es en serio?

Coño, quiero llegar a mi casa a descansar por el día que tuve, por la discusión con Ares y, mi mamá piensa que es el mejor momento para discutir conmigo, ¿No tiene más hijas? ¿Por qué vive tan estresada? ¿Ósea, ella no puede ser una mamá normal y preguntar como me fue en el día? Pero no, tengo que pagar hasta los platos rotos en mi casa.

Mi mamá piensa que estamos todavía en los años de María Castaña, porque sale con el “En mis tiempos no hacían eso”, ¡Coño señora, estamos en el siglo XXI, entiende!

¿Qué rayos tiene que ver conmigo que mi abuela no fue una buena madre? ¿Qué coño tengo que ver yo, si mis hermanas cometieron tal error?

Ellas están grandes y saben que es lo bueno y lo malo, ¿Por qué no me dejan a mí en paz? ¡Pero no! ¡A mí que me coja un perro!

Pero el sonido de cuando tocan la puerta me sacan de mis pensamientos —¿Puedo pasar?—Me pregunta Alice. Mi hermana mayor. Bueno, yo soy la menor de las tres.

Después de discutir con mi mamá fui directo a mi habitación a tirarme en la cama a llorar de rabia. Asiento ante su pregunta—Vengo a despedirme.

Espera

¿Qué?

—¿A dónde vas?—Digo con mi voz ronca por haber llorado— ¿Me dejaras sola?

Desde que tengo memoria he sido muy unida con mis hermanas. Siempre me cuidaban cuando estaba pequeña. Y es que nací justo cuando ellas estaban entrando en su adolescencia y, cuando salían con sus novios o tenían que salir a algún lado muchas veces me llevaban, ya que mi madre no estaba y no podían dejarme sola. Compartí muy buenos recuerdos con ellas. Y es que en la mayoría de toda mi vida estuvieron ahí para mí. Jamás me han dejado sola.

Hermanita, ¿Tú me quieres?—Me pregunta Cristall con puchero.

Ruedo los ojos—No iré.

—¡Por favor!

—¿Sabes la flojera que me da subir las escaleras, buscar lo que necesitas, porque estoy segura que ni idea de donde está, y después bajar? Nah, paso.

Sin darme cuenta tenía a la retrasada de mi hermana encima de mí—¡BÁJATE MIERDA ANDANTE!—Digo dando patadas y tratando de que se quite.

¡MONTAÑITA!—Lo que faltaba. La otra retrasada.

—¡Mis huesitos!—Digo con dolor.

Las hijueputa pesan—Esta bien, iré—Digo con poco aliento.

Bájate Alice.

—No—Diciendo esto se empieza a mover y saltar y siento como mis huesos se rompen. Y no, no exagero.

Alice me rodea con sus brazos—Me mudare a unas cuadras de aquí. Por fin acepte la propuesta de Liam de mudarme con él—Hace una pausa—, lo siento, pero ya no soporto a nuestra madre. Cada vez esta peor—Una lágrima baja por su mejilla.

—¿Y Cristall?

—Ella busca a donde irse, mientras, seguirá aquí hasta que pueda irse. Pero tranquila. Siempre vendré de visita, y podrás ir cada vez que quieras. Puedes irte caminando, queda cerca—Me sonríe para que me calme.

Solo la abrazo fuertemente y escucho el sonido de la bocina del auto de Liam. Tiene un mustang mi lindo cuñado. Ojala me lo preste algún día no muy lejano.

—¿Estarás feliz ahí?—Le pregunto con los ojos entrecerrados.

—Se trata de Liam, obvio que estaré feliz ahí—Me sonríe para reconfortarme.

¿Será amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora