"–Bakugo, ¿Compraste nueva ropa? Te queda muy bien."
"–Mirá, ese gato se parece a ti, me gusta mucho."
"–Bakugo, tus manos son muy ágiles, ¿Qué más puedes hacer con ellas?"
"–Bakugo, ¿Alguna vez has salido con alguien? ¿No te interesa?"
"–No me importa a donde ir si es contigo."
"–Te podría escuchar por horas y no me aburriría, puedes seguir Bakugo."
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
–Ya no se qué más decir.
Shoto se encontraba boca abajo en la cama de su azabache amigo, completamente rendido.
Lo intento, hizo su mejor esfuerzo en seguir su consejo, pero no sabe si salió bien, si fue demasiado obvio o si Katsuki le entendió. Y estaba cansado de decir cosas tan vergonzosas.
Aunque valía completamente la pena, porque a veces podía ver las mejillas rojas del cenizo, o una sonrisa.
–Creo que estás listo.
–¿Listo? ¿Para qué?
–Para dar el último paso.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.