Why?

692 57 23
                                    

Quedaban a penas unos minutos para que dieran las doce en punto de aquel domingo que seguía a la fiesta realizada en la noche del sábado. Los del equipo del MSBY habían tenido la brillante idea de hacer una fiesta en la casa de dos de sus compañeros, quien a pesar de las quejas de uno de ellos al negarse rotundamente, terminaron aceptando. Y es que no solamente habían ido los miembros del equipo, sino que también estaban ex compañeros del antiguo equipo de voley del rubio, incluyendo a su hermano y pareja entre ellos. Su casa era un total caos, razón por la cual el de cabellos azabaches rezaba internamente con que no destruyeran nada y que terminase de una vez por todas; quería deshacerse de la multitud de gente que invadía su espacio personal, mismo que compartía con aquel chico desde hacía un par de años.

Y es por ello que Sakusa observó a su alrededor al terminar de lavar los platos de la cena, extrañado de no tener ningún comentario por parte del rubio o alguno de sus chillidos y tonterías cerca. Algo andaba mal, y eso lo podía confirmar al no verle por ningún lado desde hacía un buen rato. Tanta fue su confusión y preocupación, que el chico que se encontraba a su lado le golpeó suave el brazo con el codo, llamando su atención.

ㅤㅤ─────Si estás buscando a Atsumu, Osamu dijo que se había ido a la terraza hace unos minutos ─────Habló el de cabellos blanquecinos con aquellas mechas azabaches mientras secaba uno de los platos que le habían entregado, manteniendo la mirada fija en el trapo que tenía entre sus manos.

Kiyoomi no dijo nada, simplemente formó una mueca con sus labios, oculta por el tapabocas que portaba, y suspiró. Se disculpó casi en un susurro del compañero de su pareja, y salió de la cocina a pasos algo apresurados. Odiaba preocuparse de más; o tal vez solo odiaba el hecho de que aquel revoltoso fuese tan especial y le sacara de lugar cuando se quedaba callado, cabizbajo, o alejado de los demás. No era normal, eso estaba claro, y tampoco iba aquedarse de brazos cruzados esperando a que apareciera cuando tal vez estaba al borde del llanto infantil, o así le solía decir cuando le veía llorar por estupideces y luego terminaba teniéndolo entre sus brazos en busca de calmarlo y decirle un simple ' todo estará bien ', dejando las palabras de lado y mostrándole todo su apoyo mediante caricias.

Sí, definitivamente estaba más enamorado de lo que él jamás imaginó de aquel muchacho.

Sus propios pasos inconscientes le llevaron hacia el lugar que le habían indicado, observando en primer plano el enorme manto nocturno que estaba frente a él, lleno de estrellas relucientes que adornaban la noche de una forma pacífica y transmitiendo paz a cualquiera que se quedara viéndolas. Tras verlas por un largo rato en silencio, bajó la cabeza y fijó su mirada en el cuerpo que estaba sentado sobre el borde de la pared baja de la terraza, con las manos apoyadas a ambos lados de su cuerpo y sus ojos fijos en el mismo paisaje que segundos atrás estaba admirando. Tragó en seco. Cierto miedo recorrió toda su columna al verlo en un lugar que corría riesgo de volverse una tragedia.

ㅤㅤ─────Atsumu, baja de ahí ─────Fue lo primero que dijo, acercándose a pasos lentos a espaldas del adverso.

ㅤㅤ─────Omi - Omi ─────Mencionó el rubio en una suave voz, más suave que habitualmente. No se movió, solo sonrió leve de forma ladera e inhaló, soltando el aire lento y pausado─────. Tranquilo, no soy tan idiota como para tirarme, tampoco tengo esas ideas ─────Una risilla escapó de sus labios, una algo fuera de lo normal─────. Es solo que el cielo se ve bonito y... me gusta ver el paisaje desde aquí ─────Y bajó la mirada a sus pies, los cuales movía de delante hacia atrás como un niño pequeño.

Sakusa dejó de caminar cuando llegó a un lado del chico, apoyando sus antebrazos sobre el borde y mirando al frente con la mirada perdida, confiando ciegamente en las palabras del adverso en cuanto a sus acciones; pero no en su actitud.

ㅤㅤ─────Dime lo mismo cuando sepas mentir ─────Le respondió sin más, sin dirigirle la mirada.

Se quedaron en silencio por un largo rato, segundos que se volvieron minutos y una larga eternidad para ambos en la cual ninguno de los dos parecía sentirse incómodo. No lo admitirían, pero jamás les molestó la presencia del adverso cuando entre ellos solo reinaba el silencio y la paz. De hecho era una de las cosas favoritas del azabache, y aunque no lo crea, también del rubio.

La brisa de la noche comenzaba a notarse, y Kiyoomi se dio cuenta de ello cuando el cuerpo del contario comenzó a temblar. Junto a un nuevo suspiro al ver que no se había preocupado en trae ropa adecuada y abrigada, quitó la chaqueta del equipo con su nombre que todavía llevaba puesta y la extendió sobre la espalda del rubio. Miya abrió los ojos, sorprendido, pero no se quejó en lo absoluto, solo tomó los extremos de la prenda y se trató de abrigar con ella como si fuera una manta, manteniendo el silencio.

ㅤㅤ─────¿Vas a decirme que te tiene tan metido en tus pensamientos? Empiezo a creer que comienzas a conectar tus neuronas.

ㅤㅤ─────Pareces mi hermano con ese comentario.

ㅤㅤ─────Lo sé, él me lo enseñó.

Nuevamente un silencio, uno más largo que el anterior. No es como si el de lunares no hubiera notado que había evitado la pregunta, de hecho era algo muy normal en el adverso. Evitar las conversaciones de ese tipo para dejarlo pasar como un mal trago y luego empezar un nuevo día.

ㅤㅤ─────Atsumu.

Volvió a llamarle, esperando a que esta vez le dijera la verdad y no rechazase sus intentos de ayuda al querer escucharle. Quería que supiera que estaba preocupado por él, quería ayudarle y volver a ver aquella enorme sonrisa que se posaba en sus labios cada día al despertar hasta que la noche caía y el agotamiento junto al sueño la hacían desaparecer. El mencionado tomó aire y suspiró lentamente, subiendo la mirada de nuevo en dirección a las estrellas. Una mueca se instaló en sus labios y luego una expresión entristecida.

ㅤㅤ─────¿Por qué me quieres, Omi-kun?

#ㅤ𝐖𝐇𝐘? | sakuatsu。Donde viven las historias. Descúbrelo ahora