#ㅤ𝐖𝐇𝐘? | sakuatsu。

Reason 4.

« Porque algo nos atraía inconscientemente. »
ㅤㅤ

El torneo ya había empezado, teniendo al Karasuno en pleno partido, a mitad del tercer set. Inarizaki ya había terminado hacía un par de minutos, al igual que el Itachiyama. Ambos equipos se paseaban por el gran pabellón para ver a los otros jugadores en acción, disfrutando de grandes jugadas por parte de las estrellas y por otros compañeros que habían conocido en el campamento.

Fukurodani estaba en la segunda cancha, alejado de los demás y siendo el centro de atención de los espectadores, o eso era lo que Akaashi le había comentado a Bokuto para poder animarle y ganar el partido sin ninguna dificultad.

Cosa del destino, dos chicos caminaban en sentido contrario justo en aquel pabellón, frenando en seco cuando ambos casi chocan por ir despistados. Rubio y azabache se miraron por unos segundos antes de que el más bajo sonriera ampliamente, feliz de verle al fin.

ㅤㅤ─────¡ Ey, pensé que no estabas ! No te vi jugar, ¿ya terminaste? ─────Preguntó, acercándose al contrario con la manita alzada al estar saludando. Tras él iba otro chico de ojos rasgados y con cara de pocos amigos; tal vez le seguía para vigilar de que no se metiera en problemas, que no sería nada raro.

ㅤㅤ─────Sí, ¿y tú? ─────Fue una gran sorpresa para el de ojos claros el recibir una respuesta que permitía seguir la conversación, iluminando sus ojitos con emoción y dando un pequeño salto cual niño pequeño. Ambos chicos que se encontraban allí con él, se preguntaron si realmente tenía diecisiete años y no sin el uno delante.

ㅤㅤ─────¡ Yeah ! Obviamente ganamos, supongo que tú también, ¿verdad? ─────Rio suave, y antes de poder seguir, su compañero le tomó del brazo y tiró de éste con insistencia, llamando la atención de los otros dos y dejando confuso al colocador del Inarizaki.

ㅤㅤ─────Kita nos espera, vamos ─────No sabía si era una excusa, o en verdad les estaban esperando, pero lo que sí era cierto, era el pequeño malestar en el cuerpo de Kiyoomi al ver que el rubio se alejaba de él, saludándole de nuevo con la manita y quejándose por lo bajo por los tirones de su amigo.

Por primera vez parecía querer hablar al menos un par de minutos con aquel irritante chico.