Capítulo 6 - Sapito.

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09:26 (Joana)

Llego a la puerta. Puedo notar como llevo mi mano a mi boca, atacando mis uñas con mis dientes, como hago cada vez que me atacan los nervios o la ansiedad.

Respiro, cuento hasta diez y golpeo, suave. Sólo dos veces y con mucha cuidado de que no suene mucho, pues esto es "ilegal".

Que guapa es.

No puedo pensar en más que eso cuando, esa madera que nos dividía, se abre.

-Hola -otra vez esa voz aguda, no me gusta sonar así-.

-Hola -sonríe y nos miramos durante unos segundos, sin decir nada- Lo siento -rompe el silencio- no me lo he puesto -coje el tapabocas detrás de la puerta y se lo pone-.

-Está bien. No es necesario. -entonces se lo vuelve a quitar, cosa que agradezco mucho porque me encanta mirarla- Yo porque en la calle...ya sabes.

-Si, entiendo- su móvil suena- Lo siento, es mi madre. Pasa.

-Creo que no debería.

-Hola- me mira con pena, creo, pero asiente y sigue la conversación con su madre- Vale, si, que sí mamá, está bien, chau- me mira y cuelga- puedes pasar, dice que hay mucha gente y que no cree que salga en menos de una hora.

-De verdad, no. Sólo te traje esto -¿Por qué había dicho eso? Es que soy una boluda. Me pidió pasar, a pesar de toda la situación.

-Vale. Pues gracias, jo. -su voz, suena apenada y avergonzada, me da mucha ternura y niego-.

-No es nada. Mi madre me ha enviado a comprar unas cosas de camino, así que...-Creo que estoy quedando un poco mal. En realidad mi madre no me ha dicho nada, pero tampoco quiero sonar tan desesperada por verla. Aunque sí lo esté-.

-Oh, y yo ya me estaba sintiendo un poco especial. -se ríe y yo sigo sintiendome idiota-.

-Em, bueno. Toma, -le doy el libro- dentro está lo otro. - me río- Me siento una dealer profesional.

-se ríe, me gusta como se ríe- Idiota -me mira y se acomoda el pelo-.

-Un poco si lo soy pero, ya me tengo que ir.

-Vale, sí. Gracias otra vez, Joana -que bien suena mi nombre con su voz-.

-Nada, ya lo sabes. -nos miramos y nos saludamos con la mirada- Chau. -sacudo mi mano y ella se acerca, apoyando su hombro en la puerta, sacudiendo la suya también-.

-Adiós. Hablamos ¿No?

-Obvio, hay un trabajo que hacer. -¿Por qué tengo la sensación de que ninguna quiere despedirse?

-Bendito trabajo. -nos volvemos a paralizar, mirándonos a los ojos-.

-Vale, me voy.

-Sí, sí, lo siento. Adiós. -comienza a cerrar la puerta suavemente y yo suelto un bajo "Chau Cris". Creo que puedo ver una pequeña sonrisa, antes de que esa madera nos vuelva a separar-.

(Cris)

-Y yo ya me estaba sintiendo un poco especial -me auto-cito en voz baja, de camino a la cocina, una vez mi compañera de literatura se va-.

Mi madre me había pedido que sacara una cosa del frigo, para preparar la comida, porque iba a tardar más de lo que esperaba.

-Soy idiota ¿Tu que crees? -le hablo al pollo congelado que acabo de poner a descongelar-

-Si, lo eres. Estás hablando con un pollo congelado, hermanita. -escucho a Dani detrás de mí. Entonces, creo que es mejor que no haya querido quedarse-.

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