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Aferrándose a tu cuerpo marchito

El contraste de tu fría piel al calor de la mía

Tus ojos apagados

Tus labios secos y agrietados por el frió

Podía escuchar cuan lejana estaba tu voz y cuan sombrío era el sonido de las ramas al chocarse entre sí por el incesante viento

Allí, tirada en suelo junto a tí, solté cada parte que te pertenecía

Solté mi corazón, aquel que se había apagado cuando el brillos de tus ojos lo hicieron

Limerencia ObsesivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora