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Ella era como una rosa, linda y delicada. Se aseguraba no dañar a nadie, aunque se hiciera daño ella misma

El primer golpe llegó y al suelo la laso
Con el segundo a su paso, la hicieron pedazos
Al tercero ya estaba acostumbrada, mientras su cuerpo se quebraba
Al quinto ya no sintió nada, ella se apagaba.

Y así fue como una linda rosa fue abandona y machacada hasta no quedar ni sus más míseros pétalos.

Aun y si hubiese sobrevivido, no lastimaría a nadie ni con su mismas espinas.

Limerencia ObsesivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora