Capítulo 3: Perra excitada

38 2 3
                                    

Terminamos de desayunar y nos dirigimos a la clase de defensa contra las artes oscuras. Me senté junto a Her, Harry y Ron ocuparon otro banco detrás del nuestro. 

- Mi nombre es Alastor Moody - comenzó a hablar el profesor - Mis intenciones para este año son simples y claras: avanzar sus conocimientos en el área de defensa contra artes oscuras. 

Mientras el profesor seguía hablando, yo miré hacia un costado y me encontré con el rubio. Era tan sexy. Sus labios eran rosados, sus dedos eran largos, manos venosas. Pero hay que admitir que es un hijo de puta, aunque eso lo hacía aún más atractivo.                                                              Él estaba jugando con sus anillos, apenas prestaba atención a la clase. De repente Moody lo llamó con un grito seco. 

- Draco Lucius Malfoy - pronunció el profesor - ¿Me haría el favor de contestar mi pregunta? ¿O estaba demasiado ocupado prestando atención a sus anillos en vez de a mi clase? - insinuó Moody. 

- Crucio, Imperio y Avada Kedavra - contestó Malfoy muy seguro de sus palabras - Los tres maleficios imperdonables son Crucio, Imperio y Avada Kedavra, señor - finalizó alardeando. Joder, prestaba atención a la clase mientras hacía algo diferente. Que sexy. 

- Muy bien, Malfoy - dijo Moody asumiendo que había sido humillado. Este prosiguió con su clase, pero yo no podía dejar de ver a Malfoy. 

De repente, nuestras miradas se cruzan. Draco y yo nos miramos a los ojos por unos segundos, pero corrí la mirada rápidamente. Este se dio cuenta y sonrió, era demasiado sensual.

 Terminó la clase, tuvimos un pequeño recreo y luego tuvimos algunas clases más hasta que la jornada escolar terminó. Fuimos a tomar unas cervezas de mantequilla con los chicos. 

- Con Ron estábamos organizando planes para este fin de semana - escupió Harry. 

- Muy bien ¿Qué tienen planeado? - preguntó Hermione con intriga. 

- Estábamos pensando en hacer un picnic al aire libre - continuó Harry. 

- Con pastel de manzanas y jugo de calabaza - agregó Ron. Sus ojos brillaban al nombrar la comida. 

- Me parece una excelente idea - dije. 

Luego nos fuimos a nuestras habitaciones, pero yo tenía ganas de leer un rato y la biblioteca es perfecta para eso, además es uno de mis lugares favoritos en todo Hogwarts. 

- Yo iré a la biblioteca Her ¿Me acompañas? - le pregunté. 

- Prefiero leer en la habitación, pero te espero para charlar antes de dormir - contestó. 

- Perfecto, tengo varias cosas que contarte - finalicé, y me dirigí a la biblioteca. Escogí un libro y me acosté en un sillón que se encontraba en una punta de la sala. Leí durante varios minutos, cuando de repente sentí que una mano tocaba mi hombro. 

- Hola, Salvatore - dijo Tom. Me exalté al escuchar su voz tan repentinamente. 

- Aún falta media hora para las ocho, Tom - hablé. 

- Lo sé, pero no vengo por eso. Te dije que te daría un castigo por tus palabras, y pienso hacerlo - dijo. 

- Mira Tom, tu no eres nadie como para castigarme. Además, no mentí. Eres un maldito prostituto de cuarta. Creo que no hay chica que no te hayas follado en Hogwarts, excepto yo. Y no creas que vas a hacerlo, no voy a ceder así de fácil - contesté. 

- Estás muy equivocada, Félicité - dijo el chico - Yo no follo con cualquiera, follo con las que medio Hogwarts querría tener, y ellas para mí no son nada - finalizó. Me pareció patética su forma de pensar sobre las mujeres, como si fuésemos objetos. 

- Las mujeres no son objetos, Riddle - contesté en un tono serio.

- Nunca dije que lo fuesen, es más, son superiores a los hombres. Excepto a mí, claramente -. Cuando Tom dijo eso me dieron ganas de besarlo y que me follase en ese mismo instante. Otra vez pensamientos y fantasías sexuales con Riddle. No puede ser, debería odiarlo. 

- Pues estoy de acuerdo. Ahora bien ¿Se puede saber cual es tu estúpido castigo? ¿Qué mierda piensas que me harás?

- Bien, sabía que preguntarías. Esto consiste en un pequeño masaje, de veras lo necesito - sonrió el mocoso. 

- Ja ¿En serio crees que voy a hacerlo? - 

- Si, lo creo, ya que si no lo haces, le diré a Dumbledore que la noche anterior te quedaste hasta después de las ocho en la biblioteca - dijo Tom eufóricamente. 

- Pero - 

- Pero nada - dijo Tom tapándome la boca - Ahora has lo que te diga. Comenzando por dejarme tu sillón - no tuve otra opción, era nueva y no quería causar una mala impresión en los profesores. 

- ¿Qué quieres que te haga? - pregunté agachándome para estar a la altura del sillón y poder hacerle los putos masajes a Tom. 

- Mmm así me gusta, Salvatore. Quiero masajes en mi abdomen, pecho y cuello. Tal vez algunos en mi espalda, pero eso luego. 

- Está bien -. Comencé a hacerle masajes por encima de la camisa, pero me frenó con una mano. 

- ¿Qué crees que haces? Así no puedo sentir nada - escupió Tom, mientras desabrochaba algunos botones de la parte inferior de su camisa. Comencé pasando mi mano por la parte abierta de su camisa. Vi como su bulto crecía tras hacer eso. Me puse nerviosa. 

- Súbete - exigió Tom. Me quedé paralizada. 

- ¿Qué? - pregunté algo confundida y asustada. 

- Como escuchaste, súbete. Estás toda encorvada echada hacia un costado, tampoco quiero dañar tu columna -. No tuve más remedio que hacer lo que pedía, ya que tenía razón. Tuve que subirme arriba de su erección. Eso hizo que comenzara a humedecerme, ya que llevaba falda y mi ropa interior quedaba sobre su bulto. Comencé a masajear nuevamente su abdomen y sentí como posaba su mano en mi cintura. Me estremecí y sentí como mis fluidos mojaban mi ropa interior, rogaba porque no traspasasen a los pantalones de Tom. 

- Muy bien, linda - dijo Tom - Con eso estamos bien por hoy. 

- Está bien - llegó el momento de levantarme y lo peor había sucedido. Una macha de mis fluidos en el pantalón de Tom, donde se encontraba su bulto, duro como roca. Tom lo vio y se sorprendió, me lanzó una sonrisa maliciosa. 

- Mira lo que has hecho en mi pantalón, Salvatore. Lo has manchado con tus putos fluidos de perra excitada. Esto requiere otro castigo... y esta vez no seré bueno contigo -. Me estremecí. Los nervios y la excitación recorrían todo mi cuerpo, el cual estaba esperando a ser castigado. 

°

°

Se va poniendo más hot... Quiero que me digan que les va pareciendo la historia, comenten y si quieren sugieran cosas para agregar. 

Saludos húmedos...

The Secret Writer


Los ojos del príncipe verdeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora