Llegué a la habitación corriendo como si un ogro estuviera persiguiéndome. Necesitaba contarle todo a Hermione para descargarme de alguna forma. Abrí la puerta casi como derribándola.
- ¡Hermione! - grité exaltada y agitada de tanto correr.
- ¿Qué te pasó? - preguntó Hermione preocupada.
- Hace días que estoy ocultando esto y ya no puedo más, hoy llegó al límite - dije seriamente.
- Por favor Félicité ¿Qué te pasa? - preguntó Hermione ya que la intriga la consumía.
- Estoy teniendo algo con Tom Riddle - escupí.
- ¿¡Qué!? - gritó Hermione - ¿A qué te refieres con "algo"?
- Sinceramente no estoy segura, pero tenemos encuentros en la biblioteca, que son sexuales que digamos... -
- ¿¡Qué!? ¿¡Estás fallándote a Riddle en la biblioteca!? - gritó Hermione nuevamente.
- ¡No! - contesté - O al menos, aún. Es como una especie de juego donde el busca alguna razón para "castigarme" y de alguna forma terminamos en algo parecido a una tensión sexual, y la verdad es que me confunde cada vez más, porque no quiero ser una más de sus putitas, y a la vez no puedo contenerme -
- No puedo creerlo, cuéntame todo lo que sucedió con lujo de detalle - exigió Hermione.
- Está bien... -. Comencé a relatar toda la historia desde el principio, hasta que llegué a lo que había ocurrido esta noche.
CONTINUACIÓN DE LO OCURRIDO ESA NOCHE
- Mira lo que has hecho en mi pantalón, Salvatore. Lo has manchado con tus putos fluidos de perra excitada. Esto requiere otro castigo... y esta vez no seré bueno contigo -. Me estremecí. Los nervios y la excitación recorrían todo mi cuerpo, el cual estaba esperando a ser castigado.
- Eres un idiota, no eres nadie para castigarme y esta será la última vez que te lo diga - contesté enojada. Traté de irme, pero las manos de Tom tomaron mi cuello por detrás, dándome vuelta y quedando a centímetros de sus labios.
- Bien, podrás irte si quieres... o si resistes - dijo Tom hablando sobre mis labios. Comenzó a deslizar una de sus manos por mi cuerpo hasta llegar a la parte baja de mi cintura.
- Para por favor - rogué.
- ¿Acaso quieres que pare realmente? -. Diciendo esto, deslizó su mano hasta el lado interno de mi pierna derecha, acariciándola como si una pluma estuviera moviéndose sobre ella. En ese punto mi excitación había llegado a un punto el cual se me hacía imposible negarme a tal placer.
- Te estoy hablando, Félicite ¿Acaso quieres que pare? - dijo nuevamente, ahora posando su mano en mi humedad haciendo movimientos suaves que hacían que mi cabeza se dejase caer hacia atrás - Estás tan mojada - dijo dando un beso suave en mi cuello - que es imposible que niegues que no quieres esto, tu cuerpo te delata - diciendo esto corrió mis bragas hacia un lado.
- ¿Qu... qué hac... haces? - pregunté casi sin poder hablar.
- Sabes perfectamente lo que estoy haciendo, como también sabes lo mucho que me deseas, y yo te deseo - comenzó a hacer movimientos circulares en mi clítoris.
- Ahhhhgg - gemí.
- Eres mía - al decir esto metió dos de sus dedos dentro mío, estos entraban y salían tan rápido que sentía que iba a explotar del placer.
- Ya basta Tom, no me tortures más - le rogué.
- ¿Y por qué no debería? Si me encanta - aumentó la velocidad haciendo que mis gemidos se hicieran más fuertes, a lo que tapó mi boca mientras seguía follándome con sus dedos.
- T...Tom - gemí - Es...estoy por c...correrme -. Él comenzó a disminuir la velocidad de sus movimientos.
- ¿Qué haces? Estaba a punto de correrme imbécil - dije agitada.
- Dije que iba a darte un castigo, no un premio, Salvatore - dijo Tom - Pero ahora que estás comenzando a comportarte como una buena chica, la próxima tendrás tu premio - finalizó. No sabía que hacer, por eso decidí correr a mi habitación, necesitaba descargarme y contárselo a Hermione.
FÍN DE LA CONTINUACIÓN
En cuanto terminé de contarle todo a Hermione, esta se quedó petrificada. No la culpaba, hasta a mí me asustaba lo que ocurría entre Tom y yo, pero a la vez quería más y más.
ESTÁS LEYENDO
Los ojos del príncipe verde
Roman d'amourFélicité Salvatore es nueva en Hogwarts. Su hermano le ayuda presentándole algunos de sus amigos y conocidos... entre ellos Tom Marvolo Riddle, un chico persistente y misterioso de 17 años, que llegaría a la vida de Félicité para cambiarlo todo... ...