P.E.L.I.G.R.O.4

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El atardecer es hermoso.

Ver el anaranjado del cielo aparecer mientras la otra parte apenas y era iluminada mas aun era hermoso, mis pies palpitaban y dolían de tanto caminar, después de pasar un tiempo en esa carrera emprendí viaje a pie, era una idiota pero el resto de la noche la pase caminando sin rumbo lógico o eso hasta reconocer una calle que no quiero recordar; y mi conciencia podrida me llevo a esta colina en este lugar donde yace la paz, donde yo sola me torturo.

El cementerio.



 Esto ya no es china.

Esto era un deprimente puerto, donde llueve y relampaguea el cielo, donde ningún niño podía sonreír, donde todos saben que es y siempre sera lugar peligroso. Ese rincón donde los mal nacidos hacen sus tratos nada limpios, lugar del crimen y trafico, lugar donde hombres fuertes y de malas fachas descargaban a un barco sin que la ley haga algo o tan solo acercarse a aquel lugar pues ese puerto era mas conocido por cementerio de polis. Nada ingenioso de parte de la policía mas era u lugar mucho mas intimidarte y entre toda aquella mierda donde se traicionan a muerte una niña pequeña corría con una gran sonrisa entre aquellos hombres, hablando con ellos y hasta provocando risas entre los "maleantros".


— Y papa tiro!

Explicaba aquella mocosa con alegría genuina mientras hacia la seña de una pistola a aquel hombre mientras bajaba una de las tantas cajas. Mientras detrás de ella otro hombre mas pero con mala cara grita a la niña haciéndola retroceder y el poder dejar la caja donde le ordenaron, antes de poder marcharse un carraspeo lo hizo frenar y una ronca voz escalofriante hace que le recorra un escalofrió a aquel hombre, los demás sintieron lastima pues el jefe estaba allí y no parecía contento. Acercándose a paso lento y firme resonando sus botas en la madera luciendo sus pantalones dejando ver que en su mano portaba una metralleta y su remera blanca con leves manchas de algo negro, con su cuerpo firme y notablemente trabajado y sus azabaches cabellos los cuales se movían por el viento, parado ya frente al hombre quien permanecía asustado se agacho un poco a su altura ya que al estar en una parte mas alta debía hacerlo.

— Repite lo que dijiste.

aquel hombre comenzó a sudar, ¿que debía hacer? rápidamente se arrodillo frente aquel azabache y rogó por su miserable e infeliz vida.

— ¡POR FAVOR! ¡NO ME LASTIME TENGO HIJOS TAMBIÉN Y...!

—  Repite lo que dijiste.

El hombre trago saliva y con la voz temblorosa cita sus propias palabras. — Otra vez tu mocosa de mierda, te dije que dejes de rompernos las bolas estorbas... ba...bastarda... — Todo el movimiento se freno para escuchar las palabras.

— Mira. Ya no soy un niño, tengo 37 años y ya no tengo tiempo de jugar contigo ni con nadie. — su voz no cambio en ningún momento se mantuvo igual apunto su metralleta a el y luego a la niña. —  Ella decide tu destino.

Humillación. El solo se arrojo a los pies de la inocente niña suplicando su perdón, rogando por su vida mientras el azabache esperaba una respuesta por parte de la menor.

Trabaja duro tu.

Fueron las palabras de aquella pequeña niña.

— Tienes suerte que el jefe la hizo comprensiva. 

Aquel sujeto se retiro 


— ¿Segura que estas bien?

Pregunto una triste Sango, estoy ilesa pero aun así el peso de mi alma se refleja en mi mirar, de pensar en todo y sentir como el dolor se aloja en mi pecho, como me arrebata las ganas de vivir. Ya ni mis deseos de venganza me motivaban, después de haber dado una explicación ignore la resiente pregunta de Sango dirigiéndome a mi habitación, sentándome en la cama de un cajón tome un libro el cual abro y de el saco una fotografía en blanco y negro, era una de mis primeras radiografías en la cual se veía a mi dulce niña, hermosa y tan frágil; oh cariño simplemente todavía no entiendo ¿por qué me dejaste tú también?

Abrase esa radiografía con afecto mientras siento mis lagrimas caer, me fui acostando en la cama dejándome llevar, sin importarme el frió de esta noche, por que ya se estaba acercando el otoño acompañado de las noches frías y el morir de los arboles.



Es una semana antes de la carrera final. InuYasha y yo estábamos en un café tranquilos y sonrientes, allí frente a mi actual yo, un bello sueño. Er tan joven y idiota, no sabia lo que tenia al lado, al menos hasta que me di cuenta de mi gran error y todas las muertes que ese error con yebo, si tan solo hubiera sabido perdonar todo seria diferente. Inuyasha estaría bien, mi hija estaría conmigo, Miroku no hubiera muerto, él y Sango estarían casados; pero acciones egoístas traen tragedias, estoy sola sin nadie en esta vida, hice que Sango este igual y arruine las vidas de muchos por esto.

Ya estoy cansada de repetirme lo mismo, dejo que mi sueño o mas bien recuerdo transcurra con normalidad. En ese momento mi antigua yo realiza un puchero por una acusación de él; no estaba equivocado pues estaba apenas y un poquito mas rellenita casi invisible, pero él lo había notado. Él siempre estuvo atento conmigo desde nuestra reconciliación, y es algo que no pude agradecer ni disfrutar, esto se acabo; dejo que el recuerdo termine con inuyasha dándome un pico sorprendiéndome en aquel momento.


— Escucha... Entiendo tú sentir. — Sesshomaru estaba allí metido en mi cuarto, apenas y lo observo de reojo. — Conoces mi historia con mi hermano... Y creo que ya es momento que sepas mas de ello, y de mi.


Se-shomaru...


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Hola!! corto! pero debo mantener la trama. ¿que carajos va  a decir sesshomaru?!!!!  si quieren saberlo Mis dulces de licor deberan esperar al siguente capitulo!! besitos.

esperen. si me dejan sus teorias de lo que pueda decir sesshomaru seria genial!! quiero saber quien se acerca mas!

NOs vemos!!

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⏰ Última actualización: May 20, 2021 ⏰

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Rápidos &... ¡Peligrosa! | InuKag/SesshomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora