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No lo entiende, de verdad que no.


Ni siquiera lo recuerda. Busca en su memoria el momento en que paso todo aquello pero no hay nada, no a al grado que responda sus interrogantes.

Si, si la había besado pero fue una vez y se arrepiente. Pero no recuerda llegar más lejos con ella.

Si hubo besos y caricias, también recuerda como fue llevado al cuarto de escobas de esa antro. Pero nunca llego tan lejos y menos estando sobrio. Él estaba muy borracho ese día ¡pero no paso más allá de un beso!

Pero las pruebas dicen lo contrario.

En el suelo de la habitación había muchas fotos tiradas en todos lados. Todas son prueba de una semana que Hal se arrepiente el haber tenido.

De verdad que se arrepiente el irse de copas con sus antiguos compañeros del ejército.

Solo había sido un fin de semana el que estaría en Costa City y varios años se fueron a la basura.

La cerveza no faltaba en su vaso, risas y bromas abundaban en el lugar. Poco a poco la cordura se le iba.

Terminaron en una discoteca que él conocía bien. Iba ahí con ella cuando eran jóvenes y enamorados. Y la volvió a ver.

Sus cabellos negros lo confundieron. Sus palabras dulces lo embriagaron. Sus manos lo envolvieron con dulzura.

Y una bebida que le sabía a rayos lo dejó totalmente fuera de sí mismo.

Y ese error. El poner su confianza de nuevo en ella le costó caro.

En su mano la revista que mostraba una foto claramente de él besando desenfrenado a la mujer. Había un brillo en su dedo anular que anunciaba que ya era un hombre comprometido.

Y eso era lo que más le reclamo Bruce, que no tuvo ni la decencia de quitarse el anillo de compromiso. Que aun con el anillo puesto en su dedo fuera capaz de engañarlo.

Las palabras volaron y lastimaron, al final el sabía que todo se había ido a la mierda. Él estaba echando todo a la mierda y en cuanto su anillo brillo, uso eso de escape para huir de aquella discusión cual cobarde, alegando que tenia un deber con los guardianes. Aun cuando él ya había anunciado que no iría.

La luz de su voluntad lo envuelve y aunque la siente débil por el acto de cobardía que ahora hacia, era más sus ganas de correr. Pero al intentar salir de aquella habitación por medio del ventanal, una mano sostuvo su pie. Más él no volteo.

Bruce quería decirle algo, pero no había más palabras que deseara pronunciar y lo soltó. Hal sin tardanza voló lejos. Sin voltear atrás.

Hal Jordán se sentía como un cobarde y es que en ese momento lo era.

Kyle se había ofrecido para remplazarlo, para que el pudiera estar para terminar de organizar su boda.

Pero en ese momento que salió de la atmósfera ya le había dicho a su joven amigo que no necesitaba un remplazo, que asistiría a la misión.

—Oh… ¿Estás seguro? — preguntó el artista portador del anillo blanco atreves de su comunicador — Y-yo pensé, que bue-bueno… Que tú y el señor Wayne estaban organizando s-su boda… — dijo en un leve tono de tristeza.

EN EL OLVIDÓ (Batlantern) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora