Creo que ella más que nadie merece un sitio entre estas páginas. Que su nombre aparezca en mi diario vasta para justificar todos estos años de tristeza, tantos años de miedo y frustración han merecido la pena solo por el primer segundo que pasé a su lado.
Cada mañana vamos juntos a las clases de pociones, ¡y ya voy mucho más adelantado que el resto de los estudiantes de primero! Además le enseño algunos trucos y ella me lo agradece, porque está mejorando mucho sus notas.
Me gusta mucho cuando me sonríe agradecida, es preciosa, aunque eso en realidad no me importa, porque es al mirarle a los ojos cuando siento que todo está perdido, que daría mi vida antes de que ella sufriera algún daño, y que nadie jamás podrá amarla tanto como yo. De esto estoy seguro, lo demás no es importante para mí.
Siento que mi vida ha sido injusta conmigo, pero no me quejo, porque no soy un cobarde. No me importa que mi padre me odie, ni que el idiota de Potter y sus amigos me hagan la vida imposible. Todo eso son sólo tonterías insignificantes porque siempre sabré que ella volverá a mi lado después de cada clase.