3. Una Oscura Señal

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Un día como cualquier otro, en su salón sólo había desorden, bolas de papel volando hacia las cabezas de otros alumnos, El Profesor Anthony Critson estaba dando la clase del día.

.-"Historia que aburrido y pensé que hoy iba a ser un gran día".-pensó Astrid.

Astrid es la "rarita" en el salón con cabello rojizo, ojos color verdes, piel clara, esbelta y delgada, alta, con una personalidad "diferente".
"Todos en el salón son juguetones, habladores, presumidos y metiches"así pensaba Astrid de su salón de clase a ella no le gustaba nada, le costaba prestar atención, era muy tímida, no tenía amigos o amigas con quienes conversar. Se limitaba a asistir a clases porque su madre Clara no quería que fuera una "inútil holgazana" así le había dicho alguna vez.
-¡No haces nada más que dormir,anda ve a ala escuela a ver si así aprendes algo inútil holgazana!.- Clara era la madre de Astrid con 30 años tenía una figura que resaltar aún a su edad ella era bonita, con el pelo rubio y ojos verdes complexión delgada y alta al igual que Astrid, tenía un trabajo maravilloso era una ejecutiva, pero siempre viajaba mucho, nunca estaba aunque ella le advirtió que llevaba un registro de asistencia que le proporcionaba la directora así que no tenía escapatoria de no asistir a clases.

Todos los días luchaba por levantarse e ir a sus estúpidas clases ,no le gustaba nada.
.- Ojalá pudiera engañar a la directora y salir de esta prisión.- así pensaba pero nunca se le hizo realidad.
Pasaban las horas, pero ella las sentía eternas sentía que jamás saldría pero en eso sonaba la campana de salida, todos aventaban bolas de papel hacia ella.
-¡Sois unos Idiotas!.- pero ya se había acostumbrado a ello, nadie la quería y por supuesto ella no quería a nadie.
Saliendo de clases ella corrió a su casillero metió algunos libros en la mochila y salió como alma que lleva el diablo.
No le gustaba nada ni la escuela, ni el pueblo ni sus compañeros mucho menos su vida.
Pero llegando a casa sentía una paz enorme al no estar su madre nunca, ella sólo tenía que llegar abrir la puerta dejar las cosas aun lado y podría a ser lo que quisiera.
Como su madre nunca estaba ella tenía que ir al banco a traer dinero que Clara le depositaba semanalmente para comida y alguna otra cosa que quisiera su hija. Clara Brindels sólo tenía una hija, Astrid pero con ella sentía que tenía miles.
Astrid se iba caminando a su casa no estaba muy lejos así que caminaba y pensaba en todo y en nada a la vez.

Era un tarde con una brisa fría , de los árboles caían hojas, cada una debido al invierno que se acechaba.

Astrid llegó a su casa y sintió una sensación de que alguien la estaba siguiendo, volteó,no vio a nadie.

.- ¡Felicidades ya estas perdiendo la cabeza!.- exclamó al entrar en el pórtico de su casa, le encantaba su casa ese estilo único que la diferenciaba de otras casas del pueblo. Sus techos y muros antiguos eran lo que le encantó, cada vez que llegaba a su casa se detenía a contemplarla.
Entrando se quitó el suéter de lana que llevaba, dejó su mochila aún lado, fue a la cocina tomó un vaso de jugo de naranja se dirigió a la sala , se acomodo en el sillón.
Busco un libro que tenía en la mochila y lo sacó, " historia de un ángel" le encantaban los libros en especial sobre los ángeles sabía que existían, pero no había visto uno, lo abrió y empezó a leer.

.-'Una noche en el lago Soid habitaba una pequeña niña....- no llegó a más porque tocaron el timbre.
Maldijo dentro de sí .-"porqué me molestan no ven que estoy ocupada".
Dejó esa sensación y posó los ojos en un joven de cabello oscuro y ojos por igual con ropa negra en su totalidad.
-"Algo no estaba bien".-pensó para sí, ¿cómo podría existir un chico así de guapo?, tocando a su puerta, a la de ella! No podía ser cierto?!? Osi!?....

Ángel Caído (#WATTYS 2017) (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora