Capítulo 9: El secreto de Eleonora

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Kaito estaba preparando el horno una mañana cuando la puerta de su restaurante se abrió.

̶ ¡Kaito! ¡Esto es terrible! ̶ era Edmond, su cara estaba pálida.

̶ ¿Qué está pasando? ¿Qué es terrible? ̶ . A juzgar por la palidez del jefe, era claramente un gran problema.

̶ ¡Un mensajero acaba de llegar del palacio!

̶ ¿Qué? ¿Del palacio?

Eso hizo que el ritmo cardíaco de Kaito se disparara. Había oído que la Reina Eleonora, que vivía en el palacio, no era una gran fan de la pizza. ¿Para qué había enviado un mensajero? ¿Quería acusarlo de sedición y meterlo en la cárcel? Todo un desfile de imágenes horribles corrió por su mente en el lapso de un instante.

̶ El mensajero dice que debes llevar una pizza al palacio, ¡en secreto, por supuesto!

–¿P-por qué?

̶ ¡No lo sé! Simplemente me dijo que debía traer una pizza y que nadie debía enterarse. Un carruaje te está esperando.

–Vaya

–¿Podrías por favor venir conmigo?

Kaito asintió con la cabeza y salió corriendo de la tienda. Estacionado frente a la mansión había un carruaje lacado en negro que nunca había visto antes.

La pintura parecía brillante, y los adornos de los bordes eran de oro. No hacía falta más que mirar para saber que este carruaje era de una categoría completamente diferente al vagón de carga de Lilia.

El caballo era un espécimen impresionante; parecía lo suficientemente fuerte como para llegar a cualquier parte que quisieras en un abrir y cerrar de ojos. De pie junto al caballo había un hombre, vestido de negro a juego con el carruaje. En su cabeza había un sombrero negro, su nariz y boca estaban cubiertas por un paño negro, y sus ojos, que eran apenas visibles sobre su máscara, brillaban con inteligencia. ¿Y eso era una espada que se asomaba por debajo de su capa negra?

El hombre parecía, en general, muy peligroso. Era la primera vez que Kaito se encontraba con una persona tan intimidante desde que llegó a este bucólico mundo, y tragó mucho.

̶ ¿Es usted el Señor Kaito? ̶ preguntó el mensajero, con la voz apagada por su máscara.

̶ Sí lo soy.

̶ El palacio me envió. He venido en una misión secreta.

̶ ¿Una misión secreta? ̶ Eso sonó muy serio, y la ansiedad de Kaito subió otro nivel.

̶ Por lo que he oído, eres el héroe que trajo la cosa llamada pizza a este mundo nuestro.

̶ Yo soy Kaito asintió, pensando que no parecía tan grave.

̶ El gobierno está bastante perturbado por la gran y repentina revolución que has hecho.

̶ Eh eh.

<<¿Gran y repentina revolución? Es sólo la pizza>>.

Cierto, dado lo que los elfos habían estado comiendo antes, probablemente fue un gran shock. Pero aun así era pizza.

̶ Por lo tanto, se ha llegado a la conclusión de que es necesaria una investigación rápida y silenciosa.

–Claro

<>. Por eso venían en un ostentoso carruaje negro. La gente ya miraba con curiosidad desde la distancia.

<>.

Edmond le había dicho una vez a Kaito que no esperara demasiado de los soldados del país, y si así era como actuaba un emisario del palacio, tal vez eso tenía sentido.

Yuusha desu ga Isekai de Elf Yome to Pizza-ten Hajimemasu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora