—¿Dónde ponemos esto, cariño?
Chaeyoung dejó la limpieza de la bañera por un momento para hacer caso a Sara Rogers, el ama de llaves de Lalisa, que tenía una caja de cartón en la mano. Le echó un vistazo y sintió una especie de ataque de nostalgia al ver el contenido del paquete.
—¿Algo especial?
—Son los moldes para galletas de mi abuela —respondió Chaeyoung con una tierna sonrisa.
—Vaya, entonces supongo que habrá que ponerlos a buen recaudo —dijo la encantadora señora de ojos claros— ¿Qué te parece el cajón de al lado del frigorífico? Acabo de limpiarlo a fondo.
—Perfecto. Por cierto, ¿te he dado las gracias hoy?
—Sí, cariño, dos veces.
—Bueno, como dicen que la tercera es la que cuenta, muchas gracias.
Sara se puso las manos en las caderas y se quedó observándola unos segundos.
—La señorita Manoban tiene razón.
Al oír el nombre de Lalisa se le aceleró el corazón.
—¿En... en qué? ¿Qué es lo que ha dicho la señorita Manoban?
—Que es usted especial.
—¿Y eso qué significa exactamente? —pregunto abriendo los ojos de par en par.
—No tengo la menor idea, solo sé que en todo el tiempo que llevo trabajando para ella, jamás la había oído decir algo así —respondió la mujer riéndose y después le guiñó un ojo— Voy a guardar esto y luego voy a limpiar esos fogones.
Chaeyoung siguió limpiando la bañera, pero su mente estaba muy lejos de allí; exactamente en casa de Lalisa.
Ya hacía una semana desde que ella la había invitado a ser su huésped, un tiempo que Chaeyoung había creído más que suficiente para poner en funcionamiento la tienda y hacer habitable el apartamento.
Sin embargo, parecía que se había equivocado.
La casa resultó estar mucho más sucia de lo que ella había pensado en un principio y, aunque Sara era un verdadero ángel, solo estaba con ella unas horas al día. El resto del tiempo estaba ella sola o con algún vecino de Lima; al menos los primeros días, porque después se había cansado de que todos ellos fueran allí utilizándola como excusa para averiguar cosas sobre Lalisa y la relación que había entre ellas.
Pero, si tenía que ser sincera consigo misma, debía admitir que esas no eran las únicas razones por las que la puesta a punto se estaba demorando tanto; en realidad, cada vez le costaba más estar alejada de Harmony, y cada pocas horas buscaba un pretexto para ir a verla. Lalisa nunca parecía sorprendida de verla aparecer, incluso parecía alegrarse. No obstante, por las noches seguía recluyéndose en el despacho y tampoco había cambiado su costumbre de comer sola.
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AFTER THE STORM [ CHAELISA G!P ]
FanfictionPerdida en una carretera desierta, embarazada y en medio una tormenta de nieve. Chaeyoung jamás imaginó volver a encontrar en aquella situación a su vieja amiga, Lalisa Manoban, convertida ahora en una exitosa y atractiva mujer a quien los medios ca...