Lucha entre humanos y sus peleadoras, humanas artificiales especializadas en combate llamadas humekos, en búsqueda de fama, gloria y algo más, en usa sociedad futurista donde la vida ha perdido sentido y lo único especial en la vida de las personas...
"¡Hoy es el gran día!" gritó emocionado Suno, quien recibió una carta de su padre hace una semana – "¡Por fin me convertiré en un Humek Master!"
La emoción se le notaba con facilidad. Esperaba en la sala de su casa el sonido que lo empezaría todo.
*Ding dong*
Se escuchó el sonido de alguien llamando a la puerta principal.
-¡Está aquí! ¡Está aquí! – Dijo animado mientras corría hacia la puerta para abrirla.
Cuando la abrió, se quedó mudo al instante.
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Una hermosa chica de cabello negro y ojos esmeraldas, cuya vestimenta era una gabardina negra con correas abierta que la hacía ver sumamente atractiva. Claro que no estaba desnuda, puesto que traía una camisa negra y unos shorts con unas tentadoras medias negras que dejaban ver parte de sus suaves y torneadas piernas.
-Buenos días...Esto...¿Podrías ser tú, Suno-sama...? – Preguntó ella con una adorable expresión llena de amabilidad.
La chica no pudo evitar pensar que se parecía a una versión adolescente de su padre, aunque tenía el color de pelo negro de parte de su madre.
Ella sonrió un poco nerviosa por la energía de Suno – "¿E-eso es así? Que bien, yo soy tu nueva Humeko. Me envía tu padre quien era mi antiguo amo. Así que, por favor cuida de mi... Suno-sama.
La sonrisa de la chica lo tomó por sorpresa. Era esa clase de sonrisas que te hace suspirar.
-S-Si... Lo mismo digo... – dijo Suno, tocándose la cabeza.
En ese momento, ninguno de los dos sabía lo que les esperaba en el futuro por tener ese encuentro.
La chica entró a la casa y se sentó en el sillón de la sala. Curiosa, observaba todas las esquinas para familiarizarse con su nuevo hogar.
Cuando se sentó, cruzó la pierna y esto hizo que Suno tragara saliva. Se veía tan sexy que no podía dejar de mirarla como un depredador sexual. Ya había vivido escenas como esas, pero nunca con una desconocida.
-¿Su.Suno-sama...?
La chica se intimidó al ver como la miraba su nuevo amo.
-¿Podría ser?... ¿Que Suno-sama desea hacer algo pervertido?
Al escucharla, Suno se echó para atrás avergonzado – ¡Eso, eso no es verdad!-dijo.
Hubo silencio por un par de segundos y luego la chica respondió un poco apenada.
-Es verdad que los Humekos también podemos cumplir la función de amante... Si eso es lo que Suno-sama desea, yo podría...
Suno levantó su mano y negó con ella de forma refleja – ¡N-No, es decir... ¡No tienes que hacerlo si no quieres...!– riendo levemente rascó su mejilla con el dedo.