La tarde se veía iluminada por el atardecer, destellos de distintos colores creaba el metálico ambiente y la fachada del hospital al que habían llegado Suno y Aura. Suno al observar el edificio en su esplendor y arquitectura estilística de la época, recordaba los tiempos de su infancia, puesto que ahí, en ese lugar, había sido criado durante sus primeros años de vida por las enfermeras del lugar.
-¿Qué diría mi mamá?-dijo Suno, algo pensativo.
Aura también estaba absorta en sus recuerdos. Había estado en esa zona de reunión al frente del hospital miles de veces. Las plantas ornamentales y arboles eran los mismos que ella recordaba.
Al principio, por su situación, no se le ocurría salir del apartamento, pero después de saber sobre lo que vivió Suno en el estadio, y que ella no estaba ahí para él, se sintió mal.
Y por si fuera poco, Suno se dirigía al Hospital Radial, el lugar al que ella menos le agradaba.
-Yo venía muy seguido...-Dijo Suno.-No hay excusa válida para que no haya venido a verla en estos últimos meses, aunque diga que mi vida como humek master me mantuvo ocupado. Si no fuera porque pude haber muerto, no me hubiera recordado de mi madre...rayos, soy un mal hijo.
-Nadie hubiera previsto todo lo que vivimos, Suno-sama, no vale la pena mortificarse. Lo importante es que está aquí para verla.
-Ya quiero que la conozcas...aunque supongo que ya la conoces.
-Bueno...
Aura había estado muchas veces frente a ese hospital, pero nunca había entrado. Él no se lo permitía y ella tampoco quería verlo en esa posición.
-Ya no soy la humeko de tu padre, supongo que ya no hay motivo por el cual no pueda entrar-susurró Aura.
Suno caminó hasta la puerta del hospital, las cuales eran puertas corredizas que se abrieron de par en par. Al detenerse, volteó a ver a su querida amiga humeko, quien sujetaba su vestido.
-¿No vienes, Aura?
-Creo que pasaré por esta vez. Todavía no me siento preparada...y este día es importante para usted, no quiero interferir en este reencuentro.
Suno rascó su mejilla y se rio levemente.
-No es que sea un reencuentro, solo es que no he venido desde hace un tiempo. Pero está bien, no te obligaré si no quieres.
Puede que su corta experiencia como humek master haya mejorado su percepción, pues aún sin usar el anillo de su dedo, Suno sentía que algo la molestaba al ver su miraba algo cabizbaja.
-Nos vemos.
-Aquí lo espero, Suno-sama.
Una vez su amo desapareció en los interiores del hospital, Aura bajó su mirada para recordar los motivos por la cual la llevaron a esa situación. Y por tales motivos, es que Aura alzó la mirada ferozmente, dirigiendo su instinto asesino hacia una banca entre los árboles, en la zona de reunión frente al hospital.
Sin detenerse a sostener su vestido o su pelo, quienes bailaban a causa del viento, Aura caminó sin titubear hasta detenerse frente a una figura encapuchada sentada en la banca. No era más grande que ella, pero el abrigo chubasquero que vestía cubría casi todo su cuerpo.
-Veo que él está aquí-dijo Aura.
La figura encapuchada no respondió. Por las líneas metálicas paralelas en sus mejillas que adornaban todos los rostros de las humekos, se entendía que era una. La humeko alzó la mirada y entrecerró un poco sus ojos profundos de color morado para luego soltar una risa algo infantil.
-Que grandioso es el amor. Al verte, reafirmo la idea de que nacimos para amarlos-dijo la humeko.
-Y yo veo que sigues con tus delirios e ilusiones-dijo Aura, quien se paraba imponentemente frente a ella.-¿Quieres que te recuerde por qué estás esperando aquí afuera y no adentro con él?
Ella le respondió con una sonrisa algo cínica.
-A diferencia de ti, yo no me rendiré, esperaré todo el tiempo que sea. Pero como culparte, el premio de consolación no está nada mal, es un muchacho bastante apuesto.
Aura llevó una de sus manos hacia su espalda baja, fuera de su vista.
-Yo nunca lo miré con esas intenciones, y mi amo no es un premio de consolación. Él es todo lo que tú nunca tendrás, y es mío.
La humeko se volvió a reír.
-¿Así vienes a saludarme? La reina se ha vuelto un poco agresiva-dijo la humeko.
Aura sacó la mano que tenía escondida en su espalda y en ella sostenía una espada corta.
-Pero también te has vuelto débil-agregó.
Aura ya lo había notado. La humeko sentada frente a ella había proyectado varías figuras parecidas a agujas por los alrededores. Eran transparentes, casi imperceptibles a la vista.
-Entonces ¿lo vas a intentar?-dijo Aura, quien le lanzó una mirada despectiva.
-Sería una insensata de hacerlo. Respeto tu fuerza, y por ello no le diré a él lo que estás haciendo. No le diré que fuiste como abeja a la miel, directo hacia su hijo, en vez de ir con Grace Hight Glass.
-No soy la única que ha desobedecido sus órdenes.
Una de las manos de la humeko sobresalía apenas de la manga larga de su abrigo. En uno de sus dedos se podía ver venas negras que lo recorrían hasta la uña. Al darse cuenta, la humeko escondió su mano y muecas de enojo aparecieron en su delicada boca.
-¡Por eso odio este lugar!! Odio la idea de que el hombre fuerte e implacable del que me enamoré palidezca frente a una lisiada!...Debería verme solo a mí, quien lo ama más que nadie.
Las agujas que flotaban por el aire comenzaban a perder su forma y generaban picos que sobresalían por doquier.
-Yo ganaré, sin importar qué, aunque tenga que pasar sobre ella...todo su amor será para mí, su amor hacia ella... y tal vez, su amor hacia su hijo.
Aura levantó su espada hacía ella, quedando justo al nivel del cuello, rozándola.
-¿Es una amenaza?-dijo Aura.
Aura punzó levemente su cuello, del cual, en vez de salir sangre, salió un líquido negro y viscoso. Al hacerlo, la humeko encapuchada decidió deshacer las agujas que tenía proyectadas por el aire.
-Es una advertencia-dijo la humeko.-de lo que sucederá si fallas en lo que sea que estés haciendo. Como dije, al final, yo terminaré ganando, sin importar la ruta que tome él o tomes tú.
Aura desvaneció la espada con la que la apuntaba.
-La corona te pesa, te vuelves débil, por lo que te daré tiempo. Supondré que tienes un plan, ahora ese plan será el plan A y el de él el plan B. Tranquila, no se lo diré.
Aura le dio la espalda para retirarse, no antes sin decirle algunas cosas.
-Algún día él se dará cuenta de tu demencia y te pondrá freno.
-Él no puede, él me necesita, él me ama y yo lo amo... y más que todo, sabe lo que haré si falla, pues no eres la única que puede proyectar sin un amo.
Aura al voltear a ver, la humeko ya se había desvanecido como si nunca hubiera estado ahí.
-Supongo que vivir y afrontar las consecuencias cuenta como un plan.
Aura caminó hacía Suno, quien había salido del hospital y la saludaba desde lejos.
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Fervor Lid (volumen 1)
Научная фантастикаLucha entre humanos y sus peleadoras, humanas artificiales especializadas en combate llamadas humekos, en búsqueda de fama, gloria y algo más, en usa sociedad futurista donde la vida ha perdido sentido y lo único especial en la vida de las personas...