1: En el Desierto

555 36 13
                                    

- En este lugar no pasa nada interesante... - dijo un joven de cabello azul, ojos de azul celeste, de cuerpo atlético con una cicatriz en el pecho

- Ya te escuché Grimillow, haz venido a quejarte mucho últimamente... ¿no tienes algún sector que patrullar? - preguntó una mujer de piel morena, cabello rubio, ojos verdes, una silueta exuberante

- ¡Podríamos ir a visitar a Itzigo! - exclamó una mujer con largo cabello verde, ojos de un suave café, de piel apenas apiñonada, una figura igualmente envidiable, la cual se abrazó al chico por el cuello solo para molestar

- Sabes que para ir al mundo humano necesitamos un permiso, no podemos ir así solamente, y los shinigami son unos malditos pesados... - continuó apenas sonrojado el hombre

- ¡Hoooo! - exclamó con puchero la peliverde

- ¿Qué te quejas?, ¡ya lo sabes cabra loca! - dijo el ojiceleste

La mujer apretó más su abrazo, restrego su rostro contra el caballero, al igual que un minino, incluso empezó a ronronear, eso incómodo bastante a Jean.

- Si van a hacer esas cosas, larguense a una habitación... - dijo sería la rubia

- ¿¡Qué!?... ¡no, no es lo que piensas Halibell!... - dijo el de cabello azul

Entonces los tres hollow lo notaron, una gran concentración de reiatsu se aglomeraba fuera de las Noches. Sé volvió más denso y pesado, después se concentró en un punto. Se miraron entre ellos, fueron inmediatamente al lugar donde sentían la presencia. Sus ojos no podían creer lo qué veían, era absolutamente imposible. Caminaba desorientado, aturdido, decaído, era Ulquiorra, en su forma de arrancar, completamente desnudo, ya no tenía un solo rastro de su máscara, parecía perdido, empezó a tropezar. Entonces corrió el felino, lo apoyo en su hombro para ayudarlo a andar. El pelinegro solo lo miró por un momento, aceptó el brazo. Los dos hollow fueron avanzando lentamente, las dos mujeres fueron a buscar ropa, comida y abrigo. Una vez que llegaron hasta el palacio, sentaron al ojiverde, le pusieron una manta, le dieron una taza de té.

- ¡Oye Ulquiorra!, ¿cómo es que estás vivo?... - dijo el de cabello azul

El de pálida piel apenas levantó la cabeza, se le notó confundido, lo miró un instante, sus ojos estaban vacíos.

- ¿Cómo estoy vivo?, no lo sé... - contestó agachando la cabeza nuevamente

- Se te ve bastante débil... ¡Grimillow no seas tan brusco!... - reclamó Halibell

- Aquí le traje su ropa señor Ulquiorra... - dijo la de máscara cornada

- ¿Cómo saben mi nombre? - preguntó el ojiverde

- ¡Espera!, ¿cómo?, ¿acaso no nos reconoces? - dijo Jaquen

- ¿Debería? - dijo el pelinegro

- ¡No bromees así! - dijo molesto el felino

- ¡Cálmate Grimillow!, no te das cuenta que no está bien Ulquiorra... se le nota confundido... - dijo la rubia

- Señor Ulquiorra, ¿qué recuerda? - cuestionó serena la peliverde

- Nada... solo mi nombre... - dijo sin titubeos Ciffer

- Eso es muy malo... su reiatsu es muy inestable... es blanco fácil de todo tipo de hollow... - comentó el ojiceleste

- Debemos avisar a los shinigami, fue parte del acuerdo... - dijo la de piel morena

- Halibell, nosotros no podemos estar cuidando a Ulquiorra... no soy pilmama de nadie... - dijo el de cabello azul

DespertarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora