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Fingir que eres feliz sólo te lleva a una cosa

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Fingir que eres feliz sólo te lleva a una cosa... A la miseria. Miseria que quizás, sólo quizás... Tiene un remedio.


© debilitywin

Para Bright, pintar más que un trabajo era una pasión, por ello creía fielmente que para que ésta sea buena... La persona retratada tenía que serlo. La belleza para él era más que un rostro bonito, para Vachirawit la belleza se encontraba en la mirada y en el alma. Muchos tenían la idea de que él era un simple pintor narcisista y con el ego por los cielos por el simple hecho de rechazar la mayoría de sus propuestas de trabajo.

La realidad era que él no encontraba el chiste o la gracia en todas esas personas.

Su último trabajo había sido hace más de un mes, comúnmente era así, pero pareciera ser que seguía un mismo patrón, el mismo día que se cumplía el mes fue llamado por su jefe, había un nuevo cliente.

Antes de aceptar, Bright tenía que ver personalmente a la persona de la cual querían una pintura. Quien la había solicitado aceptó sin dudar, pues había mencionado que quería que fuera un regalo de bodas para su prometido. Debía amarlo demasiado.

Al día siguiente se encontraba yendo hacia el casi castillo de los Vihokratana, una de las decendencias de familias importantes. Cuando Bright se enteró de que el mismísimo hijo del socio de su padre estaba comprometido con un chico, su mente explotó, Tay era demasiado valiente como para romper el esquema de su propia familia.

No es que Vachirawit estuviera en contra de ello, sino que basándose en la mentalidad y creencias de la mayoría de la gente en ese lugar, le sorprendía que Tay abiertamente dijera que su prometido era un joven y no una chica. Siguió sumido en sus miles de pensamientos hasta que se encontró frente a la puerta de cristal, suspiró profundamente y tocó el timbre, no pasaron más de diez segundos para que ésta fuera abierta por una mucama.

—Soy Bright Vachirawit, vengo a visitar a Tawan. —La mujer asintió con una leve sonrisa y le permitió el paso, cerró la puerta cuando estuvo dentro y comenzó a guiarlo hacia lo que parecía ser la sala.

—El joven y su prometido bajarán en unos momentos, ¿Gusta algo de beber? ¿Agua, té, café? — Musitó con suavidad una vez Bright tomó asiento en uno de los enormes sofás de terciopelo café.

—Una taza de café estaría bien, gracias. — sonrió en agradecimiento y la señora asintió, alejándose para después dejarlo solo. Carraspeó y se dedicó a mirar detenidamente cada una de las decoraciones de la casa, todo era de un estilo contemporáneo... Los tonos grises, cafés y el color blanco le daban un toque más hogareño. No le disgustaba, pero creyó que para ser la casa de Tawan, habría más cosas que lucieran extravagantes y caras.

La mucama regresó a la sala minutos después, ésta depositó la taza sobre la mesa que se encontraba enfrente suyo, antes de que pudiera agradecerle, una voz más se hizo presente.

—Vachirawit... Tanto tiempo, ¿Recibiste la invitación a mi boda? — Bright se giró a mirarlo y soltó una pequeña risa, se levantó y se acercó para darle la mano.

—La recibí, pero no esperaba que tu padre hablara en serio al decir que te casarías pronto. —musitó con tranquilidad, Bright volvió a tomar asiento y Tay hizo lo mismo, pero en el sofá que se encontraba al frente.

—Qué te puedo decir... A él no le importa más que su reputación, y aquí estoy, pagando por ello. — se encogió de hombros y carcajeó. —Aunque no estoy tan jodido, la persona con la que me voy a casar es lo único bueno de todo esto.

Vachirawit asintió levemente con la cabeza y tomó un sorbo de su café.

Debes quererlo demasiado.

—Lo hago... A todo esto, creí que no aceptarías la propuesta, he escuchado que es muy difícil que accedas a retratar a alguien. —Tay alzó una ceja y tomó la taza de café que la mujer había traído para él.

—No es por lo que crees, simplemente muchas de esas veces no le encuentro la gracia a las personas, entonces simplemente no se da. Y sobre lo otro, me daba curiosidad conocer quién es el famoso chico que vino a alborotar a toda tu familia, mi padre me lo contó y después llegó tu invitación. — revolvió un poco sus cabellos y Tawan rió una vez más.

—Debe estar igual de sorprendido que toda la gente que trabaja con mi padre.

Bright asintió. A pesar de que jamás fue cercano a Tay, había podido conversar con él dos o tres veces, y aquellas ocasiones no la había pasado tan mal, creía que era buena persona. Siguieron conversando unos minutos más hasta que una respiración agitada y torpe se escuchó bajar por las escaleras.

—Disculpen la tardanza, Love no dejaba de probarme camisas y trajes...

Vachirawit desvió su atención hacia la suave voz, abrió un poco los ojos al ver la figura semi despeinada del chico. «lindo» pensó.

—Justo a tiempo. Bright, él es Win, mi prometido. — la voz de Tawan hizo que su corazón se terminara por acelerar. Era la primera vez que la belleza de una persona lograba desconcertarlo hasta el punto de dejarlo sin palabras.

Un gusto, Soy Metawin, pero dime Win”, fue lo que pronunció con aquella melodiosa y suave voz. El castaño le dedicó una media sonrisa, lo que terminó por flechar su corazón.

Vachirawit aclaró su garganta después de salir de su trance, no había dejado de mirarlo desde que se posicionó al lado de Tay.

—Yo soy Bright, Bright Vachirawit.

—Él es el famoso pintor que Love me recomendó y del que te he estado hablando, no somos muy cercanos, pero nuestros padres sí. — Win formó una pequeña O con sus labios mientras daba pequeños asentimientos con la cabeza. « lindo » Volvió a pensar. — ¿Y bien? ¿Crees que mi chico califica y cumple con tus demandas? —Habló antes de rodear su cintura con uno de sus brazos.

La cuestión no era decir que sí, la cuestión era si de verdad estaba seguro de querer arriesgarse y poner en juego su mente y corazón.

Mordisqueó sus labios, sintiendo la curiosidad en la mirada de Win. Soltó un pequeño suspiro y asintió, sonriendo cuando lo observó dar pequeños saltitos de felicidad.

Se preguntaba si le emocionaba que él le hiciera un retrato... O si sólo le emocionaba que lo retrataran.

—Si no es mucho pedir, me gustaría que lo hicieras en el pequeño salón de música que tenemos aquí, a Win le encanta ese lugar y me gustaría que fuera en donde él se sienta cómodo. — Win dejó caer su cabeza sobre su hombro mientras sonreía, ¿Era demasiado pronto para desear estar en el lugar de Tay?

Bright asintió con tranquilidad, probablemente se estaba condenando a sí mismo. La última vez que se sintió atraído hacia una de sus musas, fue la última vez que decidió enamorarse.

Después de ello, la conversación siguió siendo amena entre aquellos tres jóvenes. Pasó un buen rato hasta que Bright decidió regresar a su casa.

En ese momento descubrió tres cosas:

1.- a Win le encanta tocar el piano y por eso le gusta el salón de música.
2.- a Win le encantaría aprender a pintar...

Y tres....











3.- Win está muy enamorado de Tay.

Simplicity and purity » BrightWinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora