Simplicity and purity » BrightWin

quatre

Bright no quería alejarlo, pero su conciencia seguía insistiendo en que estaba mal, en que él probablemente lo estaba haciendo por despecho... O por impulso. Pero su corazón seguía impulsándolo a seguir, ¿Cuándo podría volver a probar sus dulces labios? ¿Cuándo podría volver a acariciar sus mejillas con la misma delicadeza y amor con la que lo hace ahora?

Probablemente jamás. Por ello quería aprovechar hasta el último segundo que Win siguiera inconciente de sus actos, si se podía sentir culpable, quería preocuparse por ello después.

Sus labios en ningún momento dejaron de tocarse, ambos afirmaron su cercanía sosteniendo las mejillas del otro, Win parecía estar tan seguro de lo que hacía... Que le preocupaba terminar destrozado una vez más.

Metawin comenzó a sentir que le faltaba el aire, pero se sentía tan adictivo besarlo que no podía detenerse. Sus labios eran tan suaves y él tan experto, que se sentía torpe, tenía miedo de terminar, porque no sabía con qué cara podría mirarlo ahora.

No pasaron más de cinco segundos para que Vachirawit se terminara por separar, sólo algunos centímetros. Juntó sus frentes y suspiró, tragando saliva mientras observaba el pecho de Win subir y bajar con lentitud.

—No me hagas esto... Por favor no me confundas más. —murmuró cerrando los ojos.

—Perdón... Perdón, en verdad no sé por qué lo hice. — susurró, sin embargo, no se arrepentía. — no es normal que me sienta tan atraído hacia ti, no es normal que me hagas sentir tan seguro cuando te acercas.

Y sus ojos se cristalizaron una vez más. Bright sintió el nerviosismo en su hablar, ¿Podría ser que ambos sintieran lo mismo?

—Si por mí fuera, me encantaría conocerte, no dudaría en intentar acercarme a ti... Pero te vas a casar, y creo que tú tampoco sabes lo que sientes ahora. — Acarició con suavidad su mejilla y lo miró, una lágrima resbaló por sus pómulos, misma que limpió con su pulgar.

Win se frotó contra la palma de su mano, buscando más calor y caricias de la misma. De verdad estaba confundido. Bastaron dos días para que el pintor revolviera su mundo.

¿Amaba a Tawan? ¿Podría ser que lo correcto era terminar su compromiso e intentar buscar a otra persona?

¿Podría ser que podía confiar en Bright e intentar conocerlo?

—Dame tiempo.

Fue lo último que dijo antes de permanecer en silencio. Permanecieron en la misma posición unos minutos más, después se separaron y se pusieron en marcha nuevamente. Durante el camino ninguno habló, ninguno tenía algo para decir, lo curioso era que no se sentía incómodo, la razón era que ambos tenían tanto para pensar que no notaron el momento en que terminaron por encontrarse en la entrada de la casa de Win.

—¿Aún quieres que venga mañana?— cuestionó quitando el seguro de la puerta de Metawin.

—Sí, es el último día que tengo para verte... La boda es en dos días. — Vachirawit quedó en blanco. No había revisado la fecha en la invitación. Win lo notó y sólo logró bajar la cabeza.

—Entonces estaré aquí mañana.

—Te veo después.

Y así terminó su conversación. Win bajó del auto y caminó directo a la puerta, sin mirar atrás. Bright tampoco esperó más y arrancó, alejándose con rapidez de la propiedad. Tenía horas para considerar qué era lo que él quería hacer.