deux

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Era el primer día en que comenzaría con su nuevo trabajo. Bright tenía los nervios de punta, no iba a negar que la noche anterior se la había pasado cuestionándose si sólo había quedado sorprendido por lo lindo que era Win, o si de verdad era amor a primera vista.

Rogaba que fuera la primera.

Estacionó su auto frente a la mansión, y antes de bajar, se miró unos segundos en el retrovisor, maldiciendose internamente por haber aceptado. Quizás parecería exagerado, pero esto iba a ser complicado. Al menos su primer amor no estaba comprometida.

Acomodó un poco su cabello y finalmente tomó sus cosas, bajó del auto y se dirigió a la entrada. Al igual que ayer, la mucama lo llevó hasta la sala.

—hoy el joven Tay no va a poder acompañarlos, así que me pidió que lo llevara directamente hacia la sala de música. El joven Win se encontrará con usted en unos minutos. Permítame guiarlo. — excepto por ese pequeño detalle. Bright asintió y la señora comenzó a caminar hacia las escaleras, la siguió por detrás unos minutos hasta que llegaron al final del pasillo del segundo piso. — Es aquí. —seguido abrió la puerta y le dejó ver una amplia habitación tapizada de blanco, con un enorme piano del mismo color, una que otra guitarra, un violín, un violonchelo y un arpa.

Se adentró en el cuarto y recorrió con la mirada cada uno de los instrumentos, soltando un suspiro. Realmente le impresionaba.

—en un momento le traeré agua, así que si me disculpa, me retiro. — le respondió con un suave “gracias” y se retiró. Se sentó en el banco del piano y continuó observando todo lo que había en el lugar. Si esta fuera su casa, su lugar preferido también sería esta habitación. También había un gran ventanal, por lo cual el ambiente se sentía totalmente relajado y armonioso. Tal vez no había sido mala idea aceptar hacer el cuadro en su casa.

Se encontraba tan perdido en sus pensamientos, que no se dió cuenta de la presencia de Win, sino hasta que el mismo dió leves toques con su dedo sobre su espalda. Vachirawit se sobresaltó, y por consecuencia, Metawin se asustó un poco por la manera tan repentina en que se giró.

—Perdón... Te ví tan concentrado que no quise molestarte, pero creí que te iba a asustar si sólo me quedaba aquí mirándote. —Habló con torpeza mientras rascaba su nuca con nerviosismo. Bright se levantó y negó con la cabeza repetidas veces, también estaba avergonzado.

—Disculpame tú a mí, debí prestar más atención. —Murmuró tragando saliva, ambos cruzaron miradas y después se soltaron a reír. Ya no se sentía tan tenso.

—Bien, ya estoy aquí, ¿Quieres beber algo antes de empezar o...?—Metawin sonrió y se sentó en el banco, palmeó el lugar a su lado y Bright tomo asiento por igual.

—Por mí estaría bien empezar ya. —Win asintió con la misma sonrisa de antes y desvió su mirada hacia Vachirawit, él hizo lo mismo y se quedaron en silencio unos segundos.

Después de un tiempo, las mejillas de Win fueron tomando leve un color carmesí, aclaró su garganta cuando se dió cuenta de esto y se levantó de golpe.

Ni siquiera él podía explicarse qué lo orillo a mirar al pintor de esa manera.

Pov Win.

Estaba claro que no estaba en sus cinco sentidos desde la noche anterior. Cuando vió a Bright sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, esa expresión tan seria pero a la vez cálida que tenía en el rostro lo hacía sentir nervioso. En realidad no sabía si lo estaba exagerando, pero creyó notar de vez en cuando la profunda mirada de Vachirawit clavada en él, en ese momento se sintió incluso intimidado... Pero ahora que tiene la oportunidad de hablar con él directamente, se siente diferente.

Simplicity and purity » BrightWinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora