Insomnio

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-¿Entonces tendrán una cita?

-No es una cita

-Te invitó a cenar, obviamente no es una cena de negocios. ¿A menos que negocien los términos de convivencia?

-No había pensado en ello

Charlie bajó la pierna derecha del banco y subió la izquierda para estirar, su hermano cambió de mano en la cintura y estiró el torso hacia la derecha.

-¿Qué crees que te pida?- preguntó Cooper con voz forzada. -Además de repartir la renta

-¿Salir en silencio a la mañana? Tal vez que limpie el baño

-¿Comparten habitación?

-No, yo duermo en el piso de arriba

-Tal vez quiera que lo saludes antes de irte a trabajar

-No es un niño, Cooper

-Sea lo que sea está bien, mientras no quiera que duerman juntos

-No tengo problema con eso, aunque no sé porque lo pediría

-Hay gente muy extraña

Cooper cambió de posición, se agachó y estiró una pierna hacia el costado sosteniéndose de su rodilla, Charlie dejó el banco y pasó a estirar los brazos agarrándose el codo.

-Lo encontré revisando mis cosas esta tarde- comentó el rubio.

-Viejo, eso es raro

-Creí que estaba buscando algo de su antiguo compañero, pero veía mis libros

-Tal vez le interesa tu trabajo y quiere acercarse a ti por ese lado, con métodos muy extraños

-Tal vez. Vi que tiene un violín, quizás podamos hablar de música

-Lo único que escuchas es música deprimente, no creo que eso le guste

-La mayoría de música clásica está basada en líos amorosos, engaños y depresión

-No sé mucho de ese tema, pero estoy seguro de que, como toda música, también hay temáticas mas alegres

-Sé que las hay, pero ambos sabemos que debo evitar esa música

-Es una pena

Ambos tomaron posiciones normales y soltaron grandes suspiros, Cooper miró al cielo y torció los labios al ver las nubes grises comenzando a posarse sobre la ciudad.

-Creo que cancelaré la excursión de mañana, los niños estarán muy decepcionados

-Supongo que no nos juntaremos tampoco

-Pero siempre puedes llamarme y contarme de tu cita

-No es una cita

-No conoces las intenciones de Sharon

-Sherlock

-Podría estar intentando ganar terreno, ya sabes, de forma sutil

-Acuerdos de convivencia o intento de coqueteo, como sea no tiene nada de malo. Si es lo segundo le haré saber que no estoy interesado y quedaremos en buenos términos

-O con unos incómodos meses por delante en los que no podrán verse las caras

-No me he cruzado con él en todo un día, creo que nuestras agendas diferentes lo harán más sencillo si eso llega a suceder

-Bueno, nos vemos. Suerte esta noche

-Adiós

Cooper se alejó con un trote suave. Charlie sacó una botella de agua de su pequeña mochila y bebió la mitad antes de caminar con calma de regreso al departamento. Cuando llegó fue directo a su cuarto y abrió los cajones para buscar la ropa que usaría; aunque él había accedido a cenar, realmente quería echar una siesta luego de tanto ejercicio. Escogió una camisa celeste simple, pantalones de jean y zapatillas blancas; bajó las escaleras para dirigirse al apartamento principal y al llegar a la puerta se cruzó con Sherlock quien venía subiendo.

-Oh, hola- dijo el detective.

-Hola, justo iba a entrar

-También yo

Ingresaron al departamento uno detrás del otro, ambos pasaron por la cocina y chocaron hombros en el pasillo.

-¿Quieres..?- comenzó diciendo Sherlock. -Voy a mi cuarto

-Yo voy al baño

-Claro. Puedes pasar primero

-Gracias

En cuanto Charlie entró al baño escuchó la puerta de Sherlock cerrarse, él cerró la del baño y comenzó con su tarea de aseo. Cuando terminó y salió no vio rastro del detective, aprovechó para ir a su cuarto y buscar los calcetines que se había olvidado, más un elemento extra. Se estaba atando los cordones cuando alguien golpeó a su puerta, Sherlock entró sin esperar respuesta y lo miró desde el umbral.

-¿Estas listo?

El detective tenía una camisa morada, algo apretada en la parte de su pecho, pantalones ajustados negros y zapatos marrones clásicos. Su cabello estaba despeinado como es usual y no se veía una pizca de emoción en su rostro. Charlie se levantó de la cama, acomodó el pie dentro de la zapatilla y asintió con la cabeza, algo le decía que eso era una mala idea. El de rizos tomó su abrigo y bufanda del departamento, bajaron las escaleras y salieron de edificio, Sherlock detuvo un taxi y se subieron en el para comenzar la salida.

-¿Crees que soy pretensioso?- preguntó Sherlock.

-No hablamos mucho así que no puedo decir nada de ti

-Sin embargo yo puedo decir bastante de ti

El mas alto sintió un deja vú, ¿no había pasado una escena similar en un taxi años atrás? Pero algo se sentía vacío, no era lo mismo que con el doctor.

-Eso es porque estuviste husmeando en mis cosas

-No, puedo saber detalles de tu vida con solo mirarte

A Charlie no le gustó eso. Se removió en el asiento y pasó su mirada afuera del taxi, Sherlock no esperaba ser ignorado, creyó que pediría una demostración. El detective se estaba poniendo incómodo y eso lo irritaba, acabaría haciendo algo que arruinaría todo el plan. Pero tenía que aguantar, solo necesitaba averiguar su nombre completo y entonces podría buscar sus registros médicos para saciar su curiosidad de una vez por todas.

Ir a ese lugar le traía recuerdos, preciadas memorias de cuando el mejor compañero que alguna vez tuvo llegó a su vida. Fue una conexión instantánea, aquel doctor era alguien impredecible, alguien quien no dudaría en disparar un arma si debía hacerlo, un hombre increíble, un compañero leal, su mejor amigo. Y a pesar de haber revelado la verdad, aun así, Watson escogío a esa mujer por sobre él, algo que lo afectó mas de lo esperado.

-¿Sherlock?

El de rizos parpadeó unas veces y se giró hacia Charlie, el rubio lo veía preocupado, incluso había puesto una mano en su hombro. ¿Qué expresión tenía que incluso alguien desinteresado en los asuntos ajenos como Charlie le tuvo lástima?

-¿Estás bien?

-Estoy bien. No te preocupes, John- Se golpeó mentalmente al darse cuenta de su error y negó con la cabeza, -Uh,Charlie

-¿Qué tan lejos estamos?

-Unas calles, pero será mejor caminar hasta allí. Detengase aquí, por favor

Dejaron el taxi y comenzaron a caminar por las frías calles de Londres, a ambos les venía bien el aire fresco de la noche.

Oda al aburrimiento (Charlock/Freebatch)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora