capítulo 1

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Estoy sentado como estúpido en mi lugar del autobús, voy mirando por mi ventana como juegan los niños antes de llegar a el sufrimiento ¡La clase de física!, veo que al autobús se suben dos personas una joven que apenas conozco y Alejandro el chico misterioso que todos quieren conocer, no hay más sillas así que Alejandro se sentó a mi lado ¡Mierda!

- Hola - sale de mi boca sin querer

Apenas me determina y de sus labios que sin tocar sé que son suaves sale una pequeña sonrisa, sin él decir nada la conversación acabó inmediatamente, llevo quince minutos con Alejandro al lado y no sé el por qué tengo un escalofrío por todo mi cuerpo no resisto y le digo

- Ya es el último año Alejandro, eres mayor de edad ¿qué piensas hacer cuando termines? 

¡Mierda! se queda como dos segundos sin decir nada luego de cerrar sus ojos con largas pestañas me anuncia pronunciando palabra por palabra 

- Juan no entiendo ¿por qué te interesa mi vida? 

- Tienes razón - digo como estúpido mientras el autobús se estaciona en la entrada de la universidad.

Volteo la cabeza una fracción de segundo y Alejandro ya no está, me levanto de mi silla un poco desilusionado por el fracaso de ahora rato.

No tengo la menor idea pero después de diez minutos estoy en clase de física, estuve pensando todo el camino a clase en Alejandro no sé qué me está pasando, el profesor entra con un estruendo y nos anuncia en voz chillona 

- Jóvenes háganse en parejas para la actividad de hoy.

Me dirigí corriendo hacia donde Matt mi usual compañero, el cual ya tiene pareja.

Solo quedamos Alejandro y yo, parece que es el día de estar juntos, me acerco a él con cautela mostrándole todas mis intenciones

- muévete que el profesor nos regañará- dice con un tono que no puedo ignorar.

Nos dividieron en las zonas de la universidad, nos tocó el experimento con agua      ¡genial!

Llevamos una hora con este experimento y no me ha dicho ni una palabra

- ¿qué te pasa? - le digo mientras sostengo el balde de agua en la mano, me mira como si le estuviera preguntando la cura para el sida

- ya te lo dije Juan lo que pase conmigo o en mi vida no te incumbe - dice mirándome fijamente a los ojos, no pienso para responder a lo que me acabó de decir y le digo 

- tú sí me importas Alejandro - se queda petrificado y se acerca a mí con una intensión de darme un golpe, trato de cubrirme pero lo que consigo es derramar el agua en su camisa blanca. 

- ¡pero mira lo que hiciste! - me dice con un tono furioso, pero no puedo verle a la cara no puedo dejar de ver su cuerpo musculoso a través de su camisa mojada

- mírame idiota – me regaña, pero no atiendo, tengo una vista espectacular frente a mis ojos – mírame – me vuelve a anunciar un poco más dulce.

Este hombre ya se enteró de todo lo que estoy pensando en este momento, subo mi cabeza para verle a los ojos, estamos mirándonos fijamente a los ojos, estamos solos cualquier cosa podría pasar, el muy hijo de puta sabe que me gusta la vista y se quita la camisa con la intención de escurrirla, Dios santo su aspecto es tan dulce que quisiera pasar mi lengua por su abdomen marcado, le ayudo a escurrir la camisa sin dejar de mirar su abdomen marcado, se queda en silencio unos segundos y me dice 

- ¿quieres tocarme? – quedo petrificado no puedo decir nada al respecto, sin decir nada él toma mi mano y se la lleva a su pecho ¡madre mía!, tenso mis dedos y le acaricio con las uñas, en forma de gemido me dice – sigue adelante – voy a bajar hasta su abdomen pero no puedo resistir y lo abrazo, siento como su corazón se acelera y le digo en su oído 

DOS CAMINOS ÚLTIMO AÑODonde viven las historias. Descúbrelo ahora