Las clases habían terminado, Frank con un poco de pereza se paro de su asiento, guardo sus útiles y se dispuso a salir del salón a paso lento, empezó a caminar por el pasillo se sentía alegre posiblemente lo llamaría alguna persona necesitando de sus servicios he ir y cuidar a un animalito, si, ese era su trabajo.
Frank Iero era un chico de clase medía, el gasto que ganaba su madre no era mucho pero al menos no faltaba comida en su hogar, y no, no trabajaba por eso, si no que lo hacia por sus estudios, quería llegar a ser un gran veterinario, él adora los animales.
-¡Hey Frank!-escucho, paro y volteo encontrándose con su amigo Bob, un chico rubio, ojos azules-Me alegro de encontrarme contigo, tenemos una cita en la universidad de artes pero necesitamos una persona.
-¡Oh Bob! lo siento hoy tengo que trabajar-dijo sonriendo rascando un poco su cabeza.
-¿Trabajar? no me digas que no puedes faltar un día-alzo una ceja mirando a Frank fijamente.
-No, los perritos y los gatitos me esperan-respondió sonrojado.
-¿Eeehh? ¿trabajas cuidando mascotas?-lo miro confundido.
-Y me encanta, me encuentro con cada monada a veces-recordó la ultima vez que cuido un pequeño conejo o mejor dicho 4 conejos.
-¿Si? pues también habrá monadas en la cita ¡Después no vengas llorando por habértelo perdido!.
-Lo siento, pregúntame para la próxima-y se dio la media vuelta ahora si, saliendo de la universidad no sin antes despedirse de Bob con un saludo de mano.
-Joder, ¿de verdad prefiere animales antes que citas?-susurro Bob mientras veía a Frank alejarse.
Frank iba caminando muy en su mundo pensando hasta que su celular empezó a vibrar sacándolo de sus pensamientos.
-¿Si?..si-Respondía-claro, claro puede mandarme un mensaje con la dirección por favor-sonrió-¡oh! entiendo, su dueño saldrá esta mañana-escucho la respuesta del otro lado del teléfono-entonces en este momento voy para allá-guardó su teléfono y empezó a caminar emocionado.
-¡Hoy es un perrito! ¡que emoción!-dijo para si mismo. Minutos después escucho el corto sonido de su teléfono, el mensaje con la dirección le había llegado así que empezó a caminar rápido llegando a enfrente de un edificio de 3 pisos.
En frente de este se encontraba un carro negro, nada sucio y muy hermoso, después de darle una vista buena entro tomando el ascensor hasta llegar al 3° piso y empezar a tocar la puerta con el numero 8 en ella.
-¡Oh! ahora que recuerdo el mensaje decía que una llave se encontraría abajo de una maceta-al ver la maceta la sostuvo un momento para sacar la llave, después de eso metió la llave a la chapa y abrió la puerta-también decía que el pequeño perrito se llama Gee, lindo nombre y el dueño comento que no quería que se sintiera solo-Gee-entro gritando esperando que saliera un pequeño cachorro-¿Gee donde estas? no esta aquí-estaba apunto de salir cuando empezó a escuchar algo detrás de un armario, miraba el armario un poco asustado-No puede ser que...¡encerrará a su perrito ahí!.
Se fue acercando y con un poco de miedo empezó a abrir el armario, cuando lo abrió completamente sus ojos se abrieron totalmente asustado y confundido encontrándose en el armario a un chico, cabello negro hasta los hombros, piel pálida, amarrado con cinta en boca y piernas mientras que en las manos se encontraba esposado y totalmente desnudo, cuando su mirada capto los ojos del chico, Frank se maravillo, no sabia exactamente de que color eran y no importaba ahora...solo ¿Que hacía ese chico ahí y así?.
-¿Estas bien?-pregunto Frank preocupado-voy a soltarte ahora mismo-Frank empezó quitando la cinta de su boca, mirando sus labios rosas, tentadores a pesar de estar un poco resecos-¿donde estas las llaves de las esposas?.
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No Era Un Perrito |Frerard| (OneShot)
Short StoryFrank Iero, un chico de 23 años, cabello negro, piel no muy pálida y con algunos tatuajes incluidos, nariz redonda, labios rosas, y unos ojos color avellanas que maravillan a cualquiera.. A él le encantan los animales, en especial los perritos, su t...