1. HIELO

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SURIE

Estoy parada en un témpano de hielo justo en medio de la enormidad del ingrato océano, escurriendo agua helada, y con tanto frío que tiemblo como loca. Pero incluso aquí en medio de la nada, al parecer sin salida alguna, lo único en lo que puedo pensar es en Ernesto Levitt, mi enemigo jurado, y la razón por la que estoy varada justo en este témpano de hielo. El titiritar de mis dientes me hace de algún extraño modo saber que, aunque yo esté temblando de frío en este momento, el que debería estar temblando sería Ernesto Levitt y definitivamente no de frío.

Sé que piensa que ganó. Dejarme justo en medio de la nada, mientras se alejaba en su barco solo Dios sabe a dónde con sus soldados... sí, supongo que así puede parecer. Sin embargo, es precisamente ahora que puedo ver por primera vez cuánto lo sobrevaloré. A pesar de mi odio por él, lo admiraba de cierta forma, y hasta me molestaba que él me subestimara. Sé que inconscientemente yo quería con todas mis fuerzas mostrarle que soy más que una niña ingenua (como él me llamaba); que soy fuerte, valiente y muy, pero mucho más astuta y capaz que sus soldados. Quería quitarle esa sonrisa del rostro y en cambio reírme yo en su cara. Quería con todas mis fuerzas salvar a Hund de su poder. Pero Ernesto Levitt siempre estuvo un paso adelante de mí,... Al menos hasta hoy. ¿Quién diría que su exceso de desconfianza en mí, me daría al fin una ventaja? ¡No debió dejarme viva, aunque fuera en un punto perdido en medio del mar!

Salgo de la profundidad de mis pensamientos, movida por la adrenalina que provoca el frío por haber nadado como loca hasta aquí, la impotencia de saber por qué lo hice y el recuerdo de Levitt, que me eleva lo suficiente la temperatura como para no morir congelada. Incluso mis mejillas recobran su sensación cálida.

Camino con pasos apresurados de un extremo a otro del hielo rocoso como si buscara una salida, sin poder ir a ningún lado realmente, ¡porque claramente estoy parada en un intento de iceberg! Es sólo que, después de tanto tiempo de sentirme atrapada y prisionera, de verdad necesito creer que puedo salir de aquí.

Tarea muy frustrante porque ahora debo preocuparme por dos. Ese soldado pasmado en un shock, y menos congelado que yo que está a un lado mío, de alguna manera se acaba de convertir en mi carga personal, y eso me vuelve torpe y lenta, pero he decidido que no moriremos aquí, por fin después de cinco años tengo una ventaja ante Levitt, y la usaré sin lugar a duda. ¡No debió dejarme viva! Tampoco debió dejar vivo al intento de humano aquí presente, porque no vamos a morir hoy, y lo usaré en su contra.

Camino, me detengo. Observo el agua, observo el hielo, el horizonte, el cielo, y trato de entender el inexistente viento. Y repito todo de nuevo de un lado a otro, empezando a creer que la desesperación debe volverte tonto, porque enserio intento encontrar algo a la vista a parte de agua en el maravilloso océano; un barco, una pequeña isla, algo flotante, de hecho a estas alturas hasta observo hacía el fondo del mar en busca de cualquier milagro que nos saque de aquí, bien podría ser una ballena bondadosa, un delfín amigable, o una sirena mística. Cualquier cosa sería bienvenida en este punto. Lo digo enserio, incluso a un barco pirata lo recibiría con una sonrisa y abrazaría al capitán. En este momento lo que sea es mejor que estar aquí, atrapada con un inútil soldado a mi derecha que a penas puedo tolerar, y a punto de perder mi último pequeño atisbo de esperanza de volver para salvar a Hund de la demencia de Ernesto Levitt.

- Busca una salida, ¡sirve de algo! -Le espeto exasperada al soldado, sacándolo de su aletargamiento. ¡Pero es inútil!. No hay una salida, así que solo mira a su alrededor confundido.

Irónicamente anhelo tanto estar en Hund, esa pequeña isla en la que crecí y de la que yo solía intentar huir. Pensaba que vivía cautiva. Ahora sé que no era así, y solo desearía estar ahí, porque como si estar quien sabe dónde en medio del mar y congelándome no fuera suficiente, para mi desgracia, me encuentro aislada con un perfecto imbécil que acabo de bautizar como "estorbo" y que me irrita solo de verlo...

Natural: SalvajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora