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Corrí a la empresa bastante apurada, teniendo cuidado de no arruinar el ramo de flores que llevaba en mano, con cuidado entre a mi oficina, abriendo la puerta lentamente y asegurándome de que Hange no estuviera ya en la habitación "perfecto" murmuré para mi misma.
Rápidamente coloqué el ramo de rosas blancas y peonias rojas, sobre el escritorio de la mayor, al igual que una pequeña caja, que en su interior guardaba un dorado collar con un dije en forma de sol, del mismo material que la cadena del mencionado collar.
El día de hoy era nuestro primer mes como pareja, lo cual me ponía tan emocionada como un adolescente en su primer relación, sin embargo aún me debatía si había exagerado con los regalos, era primeriza en esto y ese pequeño detalle me estresaba un poco.
-Oh, llegaste temprano.-Anunció Zoe su entrada, mirándome sorprendida, pues usualmente llegaba un poco más tarde que ella.
-Buenos días.-Dije mirándola sonriente.
-Quería dejar estás flores en tu escritorio antes de que llegaras.-Dijo Hange acercándose a mi para besarme.
-Te gané.-Respondí divertida.
-Feliz primer mes.- Respondió la mayor dándome el ramo de flores, el cual yo agradecí con un beso en la mejilla de la mencionada.
-Abre tu regalo.-Dije guiñándole un ojo para después acomodar el ramo en un florero.
Hange tomó entre sus manos el pequeño regalo, al deshacer el listón y abrir la ya mencionada caja, sus ojos se iluminaron, brillaron como estrellas, un agudo grito de emoción se escapó de sus labios, se lanzó con sus brazos abiertos sobre mi "gracias, gracias, gracias" decía una y otra vez, mientras me abrasaba con fuerza, verla tan animada ablandaba mi corazón con ternura y alegraba mi ser con solo escucharla emocionada.
-¿Qué significan las flores?-Preguntó curiosa separándose un poco de mi.
-Las rosas blancas son símbolo del joven amor y la lealtdad, pueden simbolizar un nuevo comienzo y un amor eterno, estas las elegí ya que, mi deseo es que lo nuestro sea duradero y que tengas siempre en mente que te seré leal y fiel, las peonias rojas, símbolo de la honestidad, honor y respeto, creo que exageré un poco pero es lo que siento por tí...-Dije a manera de discurso algo avergonzada ante mi larga explicación.
-____...- La mayor llamo a mi nombre con una tierna sonrisa en su rostro, con su mano derecha tomó mi mentón para subir mi mirada a la suya.
-No te sientas avergonzada por lo que sientes...-Dijo la castaña llegando a ruborizarse un poco.
Aquella vista me encantaba pues Zoe no era una persona que se ruborice con facilidad, me sentía como una joven llena de intensidad y de amor, todos estos años perdidos de confusión y miedo de confesarme hacia la mujer que veían mis ojos eran recompensados con nuestra intensidad amorosa, pero está bien, pues ambas somos felices con nuestro cariño recíproco.
