XVIII

2.1K 186 414
                                    

El ligero movimiento de mi cama me despertó, aún sin abrir mis ojos me acomodé boca arriba buscando estirar mi adormecido cuerpo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El ligero movimiento de mi cama me despertó, aún sin abrir mis ojos me acomodé boca arriba buscando estirar mi adormecido cuerpo.

-Ya despierta.-Dijo Zoe con su voz aún algo ronca haciendo cosquillas en mi mejilla con su nariz.

-Buenos días.- Saludé sonriente abriendo poco a poco mis ojos para acostumbrarme a la luz del día.

-¿Qué quieres desayunar?-Preguntó la mayor acomodándose encima mío en horcajadas.

-Oh wow... Alguien amaneció bastante servicial.-Dije poniendo mi mano sobre una de las piernas de Hange.

-Oh vamos ¿No le puedo hacer el desayuno a mi novia?- Zoe respondió con tal naturalidad haciéndome sentir nerviosa de inmediato.

No sabía que contestar el termino "novia" me tomó desprevenida, pero escucharlo salir de sus labios me hizo sentir tan afortunada, mil pensamientos corrían por mi mente haciéndome tartamudear, mi rostro tomó una fuerte coloración rojiza, por lo que solo opté por cubrir mi rostro, el cual sonreía tontamente teniendo como resultado fuertes risas provenientes de la boca de Hange, quien encontraba divertida mi acción tan infantil.

-Ven levántate, haré sándwiches.-Anunció Zoe ayudándome a levantarme de la cama.

-Anunció Zoe ayudándome a levantarme de la cama

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Minutos más tarde...

-No deberías de ir a la compañía.-Dijo Hange mientras cortaba un poco de tómate.

-¿Porqué?-Pregunté sorprendida mientras cuidaba las piezas de tocino en la sartén.

-Lo que quiero decir es que.... Acabas de salir del hospital y regresaras a trabajar de inmediato, no quiero que se vea reflejado en tu salud.-Dijo Zoe seriamente, acariciando con delicadeza mi mejilla izquierda.

-Estaré bien, no te preocupes.-Traté de calmar un poco a la mayor tomando su mano sobre mi mejilla y besándola tiernamente.

Ambas nos miramos como lo que éramos, dos tórtolas enamoradas dejando fluir el cariño que se habían guardado una por la otra por muchísimos años, debido a nuestros miedos e inseguridades de perder la amistad de la otra.

Sombras | Hange & Fem ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora