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Dos días después de la celebración navideña...
-Buenos días su majestad, de parte de mi equipo y por su puesto mía también, es un honor que esté usted aquí.-Saludé a Historia haciendo una reverencia.
-Por favor, te he dicho que dejes los modismos conmigo.-Respondió la rubia moviendo su mano algo nerviosa ante la llamativa situación.
-Lo lamento, no puedo evitarlo, si me permite, la dirigiré hacia el departamento de medicina, Mikasa se encargará de lo demás.-Dije comenzando a caminar hacia el elevador del gran edificio.
-No quiero apurarles, pero tenemos el tiempo contando.-Añadió Ymir mostrando la hora en su reloj de mano.
-Será bastante rápido, podemos hacerle llegar los resultados a su majestad por medio de correo electrónico.-Respondí acomodando mi corbata de trabajo.
-¡No!-Respondieron ambas chicas en tono preocupante.
-¿Está todo bien?-Pregunté confundida ante su repentina respuesta.
-Si... Bueno, es difícil de explicar.-Respondió la joven Reiss jugando con sus manos.
Algo sospechoso sucedía, que por obvias razones no me dejaba tranquila, ambas parecían comunicarse con la mirada, debatiendo sobre decirme lo que sucedía o no.
Las puertas del ascensor se abrieron, dando paso a uno de los pisos más importantes en cuestión económica para la empresa, fuimos recibidas por mi amiga de la infancia, pelinegra, sería y bastante buena en cualquier área que esta se desempeñaba, Mikasa Ackerman,
La seria chica nos llevó hasta uno de los laboratorios, dónde varios trabajadores observaban estupefactos a la rubia chica que caminaba por los pasillos.
-Con un algodón tomaré nuestras de su saliva, para después proceder con una ligera extracción de sangre, todo esto con puro mérito experimental, espero comprenda su majestad.-Explicó Mikasa sosteniendo entre sus brazos una tableta donde apuntaba la mayoría de sus observaciones.
Cabe destacar que mi seria amiga es bastante profesional en lo que hace, por lo que en ningún momento noté incomodidad por parte de Historia.
Al momento de proporcionar muestras de nuestra sangre, una tierna escena se presentó frente a nosotras, la joven rubia bastante nerviosa ante el piquete de la aguja , tomó la mano de su joven acompañante en busca de seguridad.
Sus cristalinos ojos se cerraron en espera del piquete, sosteniendo con fuerza a la joven de pecas, ambas al notar las miradas sobre ellas, soltaron sus manos avergonzadas, detonando el joven amor que se tenían, era una pena que nadie más lo notara.
-Bien, eso es todo, los resultados estarán disponibles en veinte días.-Explicó Mikasa interrumpiendo mis pensamientos.
Las dos jóvenes chicas se observaron preocupadas, de nuevo esa mirada de incomodidad.
