Todo empezó hace más o menos un par de semanas. Yo estaba tranquilo, tumbado en mi cómoda cama, cuando un repentino escalofrío recorrió mi cuerpo en su totalidad. Un mal presentimiento apareció en mi cabeza y sentí que algo malo iba a pasar. Estaba solo en casa, y sin percibir ningún ruido por los alrededores. Extraño. No había ni vecinos peleando ni coches pasando. <<Aunque quizá es porque tengo los auriculares puestos>> pensé. Nunca me separaba de ellos. Era extraño, pero con ellos pasaba de ser una persona sociable y extrovertida a una persona cerrada y sin ganas de hablar. Me los quité para ver si algún ruido, por pequeño que fuese, acechaba a mi sentido del oído. Pero nada, sólo el murmullo de la canción de Vocaloid, "Insanity", sonando por los auriculares. Era un silencio gélido y espectral., de esos que te ponen los pelos de punta, así que decidí volver a mi mundo, poniéndome de nuevo mis auriculares. Me dormí escuchando "Bad End Night" de Vocaloid también, y me desperté al cabo de lo que supongo que serían horas, ya que el rojo anaranjado del atardecer ya se posaba sobre el cielo, con los indicios de que hoy iba a ser un día de Luna nueva.
Me levanté de la cama y me estiré. Me puse mis zapatillas y salí al pasillo.
-¡Mamá! ¡Papá! ¿Estáis en casa? - pregunté. No oí nada, así que supuse que seguía solo, sin pensar que una oscura sombra acechaba en un rincón olvidado de mi casa...
"Espero que os haya gustado el primer capítumo de la historia. Aún no pasa nada, pero veréis..."