Finalmente se giró, dando una imagen perturbadora. Estaba llorando sangre, y su boca se ensanchaba cada vez más, mostrando una sonrisa psicótica que me aterraba. Me di cuenta nada más se giró; una persona yacía detrás suyo, muerta, con lo que debían ser las tripas y los intestinos fuera de s cuerpo, sangrando de una forma brutal, con un cuchillo clavado en la nuca, y los ojos salidos de sus cavidades. Me intenté echar hacia atrás, pero la chica empezó a hablar, cosa que me paralizó, no sé si de la impresión o del miedo.
-¿Tú también huirás de mí?- dijo la chica, con esa sonrisa inquietante y con una voz inundada con tristeza, como si fuera inocente del brutal asesinato del chico que yacía sin vida detrás suyo.
-Yo... - le dije, sin poder responder. Quería irme lo antes posible, pero los pies no me respondían. No podía moverme.
-No te dejaré escapar. – dijo la chica, con una voz grave, como la del mismísimo Demonio. Entonces se giró cogió el cuchillo de la nuca de aquel chico y se empezó a acercar a mí. Finalmente, logré empezar a correr, y salí hacia cualquier sitio que fuera, simplemente no era cerca de... ella, o eso. << Como si hubiera algún sitio al que escapar. >> Pensé. Estuve huyendo de ella durante mucho tiempo, hasta que me harté. Me giré, esperándola. Cuando llegó hasta mí, la tumbé de un puñetazo. Cayó al suelo, y le empezó a salir sangre da la boca. Estaba harto y no pensaba con claridad, así que... bueno, cogí y le abrí la tripa, y dejé que sus intestinos salieran de su cuerpo, como una cascada. Había sangre también, pero, ¿qué más daba? Después le arranqué una oreja, seguido de la otra. La chica aún estaba viva, respiraba, aunque ya muy débilmente.
-Me has hecho correr demasiado. No quiero que vuelvas a correr. – le dije. Entonces cogí y le quité uno de sus zapatos, y le empecé a clavar cuchilladas hasta que cayó al suelo, rodeado de sangre. Le quité el otro zapato, y repetí la acción. La chica ya no respiraba, pero a mí me daba igual.
-Vaya, hombre. Podrías arrastrarte con las manos. Y yo no quiero eso. – dije. Y mientras reía de una forma considerablemente alta, empecé a cortarle las manos, para que no huyera de mí.
-Que mal has quedado. Dudo que quieras verte así, ¿verdad?- grité. Cogí el cuchillo se lo clavé en el ojo derecho, justo en la pupila, empecé a hacer fuerza. Estaba bastante fuerte, el nervio. Pero finalmente logré sacarlo. Aún quedaba el nervio colgando, así que lo corté ce un solo trazo, limpiamente. Seguía saliendo sangre, ahora también del orificio donde debería estar su ojo. Y, de repente, oí cómo rugía mi tripa. ¡Es verdad! ¿Cuánto hacía que no comía? De repente vi el ojo, en mi mano.
-Nunca he probado ningún ojo en mi vida. ¿Cómo sabrán? – Y me lo comí. Noté cómo costaba tragármelo, ya que ni siquiera lo mastiqué. Noté cómo bajaba por mi garganta, y llegaba a mi estómago, para satisfacer un poco mi hambre. Aún tenía hambre, así que le corté el otro ojo y me lo metía en la boca. Esta vez empecé a masticarlo despacio. Noté como un líquido salía del ojo e inundaba mi boca. Un líquido salado. Aunque juntándolo al sabor del ojo hacían una gran mezcla. Cuando del ojo no quedaba nada más que una pasta, la tragué. Esta vez no dolió, pero me sentía igual de reconfortado cuando lo notaba por mi laringe. Cuando acabé con el otro ojo, le clavé el cuchillo al corazón de la chica. Y seguí deambulando. Aunque no por mucho tiempo, ya que una sobra se apareció ante mí.
- Únete a mí. – dijo la sombra misteriosa.
-¿Quién eres? – le pregunté.
"Ups, me parece que me he pasado un poco, jeje. Da igual ^^. Deciros también que éste es el penúltimo capítulo de "Sin sentimientos". Es la primera historia que he escrito, y me parece que ha tenido bastante éxito. Siendo sincero, nunca esperaba que más de 50 personas leyeran mis historias, así que me siento muy bien. Muchas gracias por el apoyo, y espero que os haya gustado este capítulo ^^."