Capitulo 2: ¿Inicio de la nueva era?

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Derek

Comenzaba mi mañana rutinaria con una taza de café en mi mano izquierda y el periódico tendido sobre la mesa de star. Mi mente estaba distraída en los miles de anuncios y cartas de autores, que poseía esta última, que no preste a mi teléfono móvil vibrando fuertemente y sonando un breve sonido de introducción para alertarme. Sabiendo de quien podría tratarse, decidí no prestar atención y dejar que siga su transcurso.

Nuevamente me encontraba en un inicio temporal, debido que en algún momento culminará de una forma extraordinaria, provocando pura comodidad para mi deplorable anatomía y una sensación de costumbre para mis fríos movimientos.

- ¿Otra vez? -no evite decir en voz alta.

Mi celular comenzó a vibrar por cuarta vez en esta mañana. No quería ni inmutarme para atenderlo. No me apetecía escuchar su escurridiza voz. No deseaba formar parte de sus horribles planes. Y continuo su curso de llamadas, hasta dejar 36 perdidas en mi registrador telefónico.

Esto se vuelve odioso y patético.

Mensajes tomaron su lugar luego de una hora de espera, pidiendo en cada uno de ellos encontrarse con su mirada suplicante y cuerpo curvilíneo. Claro, era todo normal y tedioso de nuestra querida Katherine Paz. Aunque su nombre ancestral o apellido, como quieran llamarlo, provoca cierta tranquilidad, déjenme decirles que es una completa trampa y crueldad ante la palabra verdadera más su significado tan emblemático.

Ok Derek, es tu turno.

Marque su número y mi mente no paraba en recordarme el mal propio que me estaba por cometer. Atendió en el segundo tono telefónico.

- Por Dios, creí que nunca me atenderías -dijo satisfecha ante devolverle una de las miles de llamadas -. Es un gusto siempre.

- No te hagas la tonta querida Katherine y dime cuales son tus deseos esta vez -dije evitando cualquier tipo de rodeo.

Hubo una pequeña interferencia del otro lado, seguido de un pequeño silencioso pensamiento.

- Hace unos días me enteré lo de Dakota...

- Tu no quieres darme ningún tipo de pésame -interrumpí.

- Tienes razón, más lo haría por moral que por otra razón -otro breve silencio se hizo presente-. Pero bueno, tan solo llamaba para darte mis condolencias.

- ¿Realmente llamabas tan solo para eso o tus deseos sexuales no te permiten hablar? -pregunte.

- Pensaba que no lo encontrarías oportuno.

- No sabía que ahora te preocupabas tanto por mí.

- Te pasaré toda la dirección por escrito y espero que seas puntual esta vez -dicho esto, culmino la comunicación.

Llegaron en rato los mensajes con la reservación del lugar y la hora predispuesta.

No confundan mis actos y pensamientos; Katherine tan solo es una descarga, una salida fácil de emociones y una forma de matar el tiempo. No me sirve ella para planes futuros, de esto estoy más que seguro.

Elizabeth seria mi bello comienzo; de una vida sana, distinta e impactante en diversos sentidos. Ella seria mi pasaje de ida a una isla magnifica, con árboles a su alrededor y flores de diversos colores. Podría convertirse en mi perdición, pero también salvarme en la punta de un acantilado. Pero ahora solamente tengo a mi disposición a una mujer embebida en hormonas florecidas y un cuarto de hotel por dos horas.

Al revisar la reservación que hizo Kathy, supe inmediatamente el mal que iba a revivir, pero no considero malo desenterrar un muerto con su pobre corazón aún latiendo.

La magia que enreda sus ojos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora