Hay mención de muerte y crisis de pánico, esta última de como es en mi experiencia, recuerden que para todxs son diferente, si algo de esto te incómoda te recomiendo no leer este capítulo.
Espero les guste. Este capítulo es un poco largo en compensación de lo poco que actualizo.
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Horacio ya estaba acostumbrado a aquel ambiente; los gritos entre sus padres en el carro no era algo nuevo. De una mochila saca audífonos y su celular, mira a su hermana menor como si con la mirada le dijera que hiciese lo mismo, la pequeña de siete años parece entender lo que le intenta decir así que copia la acción del castaño.
Ambos se colocan estos y ponen una playlist que habían hecho justo para momentos así, el moreno acerca a la pequeña de cabellera rubia hacia él y la abraza de lado, esta se acurruca contra su pecho y cierra los ojos, ambos desearían no tener que escuchar a sus padres pelear a diario.
Lo que pasa a continuación el de ojos heterocromaticos lo vio en cámara lenta, un camión apareció en su radio de visión, rápidamente se dió cuenta de que los mayores no lo habían notado ya que no pararon, tenía tres posibilidades, primero, avisaba a sus padres, la descartó inmediatamente, estaba demasiado cerca, segundo, activar el freno manual, no podía, el cinturón limitaba su movilidad y tenía sobre su brazo a una niña, tercero, proteger a su hermana y esperar el choque.
Cómo pudo tomó a la pequeña y la puso en contra de dónde estaba el camión, poniéndose a sí mismo como escudo y cubriendole la cabeza, cerró sus ojos con fuerza hasta que sintió como el auto se arrastraba hacia el lado izquierdo, sus audífonos cayeron en sus hombros, sentía un pitido en sus orejas, luego de eso perdió la conciencia. El camión no sólo colicionó con el auto, con este se llevó a otros tres.
Despertó en una habitación blanca, el olor a hospital inundó sus fosas nasales, pestaño varias veces para finalmente sentarse en la camilla, miró hacia los lados, su vista aún borrosa vislumbró a una cabellera rubia.
-¿Gustabo? -Murmuró con voz nasal, su garganta ardía a horrores.
El mencionado levantó la mirada de su celular y se acercó hacia él con paso lento, ofreciéndole un vaso con agua.
-Hasta que despiertas- Apagó su celular y tomó nuevamente el vaso una vez el moreno terminó el agua en este.
-¿Cuánto tiempo he estado aquí?
-¿Cinco semanas? No... Casi dos meses.
-¿Dónde están mis padres? Aún más importante, ¿dónde está Camile?
Gustabo lo miró con un rostro serio, soltó un suspiro y puso su mano en la cabeza contraria, despeinandolo aún más, apretando sus labios, formando así una línea.
-Le voy a decir al médico a cargo de tí que despertaste.
Luego de decir eso salió a hacer lo dicho, dejado a su amigo pensando lo peor, ¿y si sus padres estaban en coma? ¿Y si no sobrevivieron? ¿Y si Camile estaba muerta? No, si su hermanita moría definitivamente ya no quería él seguir con vida. Antes de que pudiese seguir pensando lo peor entró un señor con bata blanca y un archivero con Gustabo detrás, le explicó que le debían hacer chequeos y exámenes para ver que tal estaba su cuerpo con el choque y corto coma, volvió a preguntar por su familia, simplemente recibiendo una triste mirada ante ello, para luego irse.