Capítulo 12; Sena.

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Sena.


El teléfono sonaba desesperadamente. Despertó, era Helen su actual compañera sexual, ella no debería estar llamando a las cuatro de la madrugada, no debería llamar a su teléfono por ningún motivo, cruzó el límite que con anterioridad Sena había estipulado, ignoro las llamadas pero Helen era persistente, malhumorada se sentó en la cama y de mala gana contestó.




- ¿Qué carajo significa esto? - soltó exasperada e irritada con enfado.

- S-sena... ¿vi-vienes por mi? - dijo, sus palabras, barridas denotando su estado de embriaguez.

-¿Estas borracha? - apretó el puente en su nariz, suspiró - ve a casa. No vuelvas a llamar.

- E-espera! llame porque necesito que vengas! - se apresuró a decir.

- Envíame la dirección, un taxi irá por ti-

- No! Yo quiero a Sena! - espetó.

- Te enviare un taxi. - dijo, su voz firme.

- Tú , tú dijiste que podía hacerlo cuando te necesitará, tu lo dijiste, dijiste que podía pedir tu ayuda!

-Lo dije en caso de urgencia y como última opción, no para esto - escruto.

- P-pero si es urgente y-yo te necesito, s-solo esta vez - dijo en un gemido.



Irritante , nefasto y de algún modo sofocante, Sena lo pensó mejor, esto era un problema y los problemas se debían cortar de raíz.


- Envíame la dirección y no te muevas de allí.





Colgó.

Treinta minutos más tarde tenía a Helen apestado a alcohol en el asiento copiloto de su porche, mierda, la llevó a su departamento, una vez allí, observó el lugar, pequeño y desordenado, se sintió ajena, por supuesto que lo era, estar en ese lugar era absolutamente incorrecto y fuera de lo estructurado, no era niñera, amiga, ni novia de la mujer con la que casualmente follaba, carajo y al parecer era un punto que debía aclarar al ver que los amigos de Helen la reconocían como su "novia" ella había sido lo suficientemente clara, no le pertenecía a nadie, esto se debía solucionar, una vez que sus compañeros sexuales se atrevían a sobrepasar la línea emocional, debía ponerle fin, ellos lo sabían, esa era la regla.

Se estremeció al sentir los delgados brazos de Helen alrededor de su cintura, atrapándola por la espalda, Helen era una beta hermosa, cuerpo curvilíneo de piel oliva, ojos miel y de un largo y sedoso cabello negro, era una pena verla en ese estado deplorable apestando a alcohol por cada poro. Los brazos rodeados en ella apretaron con fuerza, como si quisieran aferrarse al punto de fundirse.

Helen lo sabía.




- ¿Te quedas a dormir? - en su voz se percibía un atisbo de melancolía, el agarre más apretado y tenso, la mejilla de Helen apretaba en el hombro de Sena.

- No duermo en camas ajenas. - su voz grave, dura y tajante.

- ¿Estas enojada conmigo? - murmuró, cabizbaja.

- Sabes la respuesta.

- No- no lo volveré a hacer, lo prometo - dijo, hundió su rostro en el hombro de la pelinegra tragando bocanadas de su fragancia.

- Deja de hacer esto - se apartó, le dio una mirada dura, fría y cruel- te lo advertí, solo sexo, nada de sentimientos y en vistas de que los tienes, esto no continuará - sentenció, se dirigió a la puerta principal , una mano la freno. Sena miró por encima de su hombro.

 𝙷𝚊𝚍𝚘.  (ᴏᴍᴇɢᴀᴠᴇʀꜱᴇ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora