0. Desolación

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Prólogo
Desolación
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———————PrólogoDesolación———————

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¿Qué es dolor? 

Una pregunta tan sencilla y al mismo tiempo cargada de un peso indescriptible, tangente en tú pecho que ni siquiera sabes como sacarle de ese lugar, en especial si esta en tú corazón, hundiéndote en un sin fin de sentimientos tan profundos e indescriptible. 

Todo el mundo piensa que a una corta edad, no se puede estar tan sumida en soledad. 

Pero están equivocados, puede que ella tuviera quince años un periodo corto de vida pero ver aquel chico que tanto le gustaba, que tanto deseaba que fuera suyo, en brazos de otra persona, la quebró en mil pedazos. 

¿Una tontería tal vez? 

Ya le había dicho más de una vez que vendrían amores a su vida, que ya no tendría tantos temores y que iba a ser feliz. 

No obstante, el único amor que realmente era correspondido era el amor hacía la luna, su brillo y su esencia, ella tenía selenofilia; simplemente se trata de una cierta atracción intelectual y artística hacia la Luna. Aquella que por las noches era su confidente más fiel, más sincera cuando estaba en esos estados. 

Mañana se mudaría a Forks.

Al menos tendrá un nuevo comienzo en su vida, podría jugar a ser alguien interesante porque a final de cuenta siempre era la "chiquilla" rara amante de los libros, la literatura en general y en especial la mitología griega. 

Una nerd para muchos. 

Un largo suspiro se escapo entre sus labios, la fría brisa nocturna movía su cabellera rojiza en un vaivén que cubría su rostro lleno de pequeñas pecas, tal cual como si fuera diminutas constelaciones en el lienzo blanco sobre su piel, aunque sus ojos verdes estuvieran completamente sumergido en tristeza, brillaban bajo la luz de la luna llena que entraba por la ventana de su habitación. 

—Artemisauna repentina voz femenina hizo su aparición. 

Ella giro su rostro con delicadeza para observar sobre su hombro, allí, justo bajo el marco de la puerta estaba su madre mirándole fijamente con un sonrisa amarga en su rostro, su progenitora sabía el gran amor que sentía su pequeña por su mejor amigo Dylan, aquel que ha estado desde su infancia. 

—Mañana, nos vamos a Forks, deberías despediste de éldivago la mujer con mucho cuidado en cada palabra. 

La joven sabía que su madre tenía razón, ella debía ir con toda su fuerza de voluntad a ver al que era su mejor amigo, despedirse como se debe porque a partir de mañana saldría de su vida con esa enorme huella en su alma y especial su corazón. La pelirroja se coloco de pie de su cama para colocarse con mucha pereza su calzado deportivo azul. 

Ya era hora de soltar el pasado...

Acomodó su cremallera color caramelo, a la vez que subía el cierre con lentitud, preparándose mentalmente para lo que venía, asintió con la cabeza justo en el momento que paso por el costado de su progenitora, para de esta manera bajar las escaleras hasta el primer piso de la vivienda y salir sin mirar atrás.  

Ella ya conocía de memoria el camino hacía la casa, donde fue feliz un día y hoy  solo será una visita más... 

Dos casa más allá de la suya, se encontraba la residencia de los Evans, donde vivía su mejor amigo Dylan, al estar frente a la puerta dio tres toques sobre la madera, sus manos temblaban con nerviosismos, tenía cierta impotencia que luchaba por no demostrar. Cuando la puerta se abrió dejando al descubierta la figura de un chico alto, de cabello castaño perfectamente acomodado en un copete y de unos precioso ojos zafiros. 

 —¡Artemis!—Exclamó con emoción el chico, mientras que la envolvió entre sus brazos.

Ella correspondió el abrazo, apretando sus parpados con fuerza, sin saber que sentir... Se supone que por él no sienta absolutamente nada más que una amistad, aunque por dentro se estuviera muriendo, lo mejor era separarse porque la vida debía continuar. 

—Dylan...—susurró en un hilo de voz tan efímero que se perdió en el mismo viento.

La chica se separó lentamente del abrazó, para sujetarse el brazo izquierdo con mano derecha mientras que su mirada decaía en el suelo o sus propios zapatos. Ella estaba buscando entre sus pensamientos las palabras correctas para despedirse de quien fue su primer amor, aquel amor platónico. 

—Mañana me mudaré, mis padres fueron transferidos a un pueblo, fue imprevisto pero es lo correcto—habló pausada, deteniendo cada palabra con un toque de sufrimiento. —Lamento decírtelo hasta ahora, Dylan...—culminó por lo bajo. 

Ella observo como la anatomía del chico se tenso, contrayendo sus músculos hasta la mandíbula. 

—¿Dime qué es una broma?—vocifero con amargura cargada en su voz el chico. 

Artemisa simplemente negó con la cabeza, lo vio abrir y cerrar la boca sin dejar salir ni una palabra hacía ella.

—¿Amor, quien es?—una tercera voz dulce y suave hizo su aparición. 

Ahora fue  la amante de la luna quien se tenso al darse cuenta que esa voz era de charlotte, la rubia, popular y linda del instituto, aquella que todos deseaban tener como pareja pero que termino con su mejor amigo. 

—Lamento interrumpirte, ya debo irme—soltó Artemisa con impaciencia, deseando irse de allí. 

Dio un último vistazo al chico que en ese momento tenía su brazo pasado por la cintura de su novia y está le planto un corto beso en los labios, justo cuando él iba a hablar, lo acalló sin más.

Ella sintió como su corazón se contrajo contra su pecho con dolor. Se suponía que a ella no le importará quien lo besará, pero esa era su pena por suponer que lo podría olvidar... 

Sin más se marchó, sin detenerse cuando su nombre salió de los labios de aquel que es su crush, ella solo deseaba llegar a su hogar, en especial a su habitación.

Llorar y llorar hasta caer en un profundo abismo donde su dolor y tristeza se expanda por su alma, para morir sin siguiera luchar, en una agonía y soledad, para cuando este allí muerta en vida, justo donde quedaron sus cenizas, renacer una vez más y aprender que así es la vida. 

Él ya tenía un nuevo amor... Y ella regresaba a su dolor... Ya no tenía nada más, solo sabía que la vida debía continuar...

¿Y quién sabe si en Forks estaba su nuevo comienzo? ...

Esperaba encontrar aquella pequeña luz en su vida en ese pueblo alejado de todo...

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Hola, mis amores

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Hola, mis amores.
Aquí les traigo el prólogo de está historia.
Ahora sí
¿Qué les pareció? ¿Les gusto? o ¿No?

Besos 😘😘😘

𝐌𝐨𝐨𝐧 ― 𝓢𝓮𝓽𝓱 𝓒𝓵𝓮𝓪𝓻𝔀𝓪𝓽𝓮𝓻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora