II. Comienzo

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Capítulo dos
Comienzo
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Sus ojos reflejaron aquel anhelado brillo, ya no sabía que era lo que realmente experimentaba, una mezcla de confusión, extrañeza pero sobretodo aún en el fondo el dolor esta tangente en su pecho; ejerciendo presión con tanta intensidad

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Sus ojos reflejaron aquel anhelado brillo, ya no sabía que era lo que realmente experimentaba, una mezcla de confusión, extrañeza pero sobretodo aún en el fondo el dolor esta tangente en su pecho; ejerciendo presión con tanta intensidad.

Ella no lo podía negar esos profundos chocolates esféricos  de esa peculiar bestia, de cierta forma le esta robando el aliento, provocando que nueva explosión en su corazón lastimado. 

Al principio pensó que sería atacada hasta llevarla a la propia muerte pero no fue así sino todo lo contrario, por un momento llegó a pensar en la pequeña posibilidad que los rasgos de ese animal eran humanoide, pero tal vez simplemente es una ilusión de su cabeza.

No obstante, el leve bucle en que se encontraba llegó a su fin, cuando más aullidos de  una manada lobos se hicieron presentes muy cerca de ese lugar, era como si lo estuvieran llamando o algo por el estilo. 

El animal bufó por lo bajo, como si estuviera molesto de ser solicitado.

La mirada de la pelirroja cambio a su tono habitual, aquel momento mágico se  desvinculo por lo que el efecto de la luna sobre ella cayó rápidamente sin que se diera cuenta de lo que estaba sucediendo a su alrededor. Giró a un costado justo cuando un sonido extraño resonó de unos arbustos al ser agitado violentamente, su corazón se acelero de una forma tan desesperada, al no saber que estaba pasando. 

Ella volteo su mirada de regreso al lugar donde aquella bestia estaba para darse cuenta que ya se ha espumado de una manera tan efímera, dejandole en su pecho una sensación de nostalgia. Dio un paso hacía atrás al pensar que todo ha sido alguna jugada de su propia cabeza debido a su cansancio, ya no le quedaba nada en su roto corazón solo esa pequeña esperanza que le proporciono los cálidos ojos oscuros del precioso lobo.

Artemis solo esperaba no tener un pequeño caso de zoofilia, porque ese ser le generó algo en su corazón.

—Artemis—una voz femenina le llamo con tanta angustia.

La pelirroja no supo ni como reaccionar cuando unos delgados brazos la arroparon de manera sobreprotectora, dándole aquel toque tan maternal a su ser. Su madre fue la causante del ruido en los arbustos al tratar de buscarla entre ese enorme bosque, puesto que la noche cae sobre el frío cielo de Forks.

—Lo siento, mamá estaba entretenida en este nuevo lugar—habló en un tono bajo la de roja cabellera, como tratando de hacer un camuflaje a lo que realmente sucedía.

—Mi niña, este lugar es peligroso no es como nuestro antiguo hogar, aquí habitan bestias salvajes—la voz de la mayor, sonó tan calmada como siempre.

Artemisa solo bajo la mirada al áspero suelo húmedo bajo sus pies, sabiendo que su madre tenía razón.

—Regresemos a casa—ordenó la mujer de cabello castaño, mientras que tomaba la mano de la menor.

Ella se dejó llevar sin poner resistencia, simplemente volteo en el momento precisó que algo en su interior le indico que lo hiciera, y allí entre aquellos altos arbustos frutales, un par de cuentas le observaban tan entretenido como cautivado de tal belleza.

(...)

Algo que realmente no le agradaba del todo a la adolescente, era el hecho de adaptarse a la nueva preparatoria y menos cuando tenían algunas semanas de haber comenzado las clases, pero no se podía quejar, no ha aquella mujer que ha luchado por darle lo mejor posible a ella y a su hermano mayor que se encontraba en las fuerzas militares de ese país desde hace un par de años atrás.

La de cabello rojizos soltó un largo suspiro, justo en el momento en que su madre estacionó el vehículo al frente del instituto Forks. Bajó sin decir ni una sola palabra, debido al enorme grado de incomodidad que le genero las miradas de los demás estudiantes sobre su ser, eso si era lo que no le agradaba en lo más mínimo, ya no tenía a su mejor amigo que la salvaba de esas situaciones, sino que ahora le toca a ella sola defenderse. 

—Adiós, mi amor paso por ti a la salida—se despido desde el interior del vehículo la mujer, antes de poner en marcha el mismo. 

Trago saliva lentamente apretando de manera inconsciente la cinta gruesa colgantes de su mochila, intentaba por todos los medios en parecer lo más calmada posible pero le estaba costando un montón, por lo cual simplemente se dedico a ir al interior del instituto en busca de su horario de clase y el número de su casillero. Artemis al dar doblar en la esquina del pasillo sin darse cuenta su cuerpo delgado chocó contra el de alguien más, apenada dirigió su mirada hacía la persona que había sido afectada, esta era una chica de su edad.

 Ella tenía la piel pálida, además de una belleza magnífica, su rostro perfectamente poseedor de pómulos altos, cejas perfectas, nariz recta, fuerte línea de la mandíbula y los labios llenos, así como su color de pelo de bronce inusual; largos rizos que caían más allá de su cintura. 

—Lo siento, no me percate—se disculpo la de cabello rojizo, bajando la mirada al suelo. 

Una dulce risa resonó de los labios de aquella joven desconocida, haciendo que la curiosidad de la de ojos verdes, llevará una vez más su mirada hacía ella.  

—No te preocupes, de hecho me agrada conocerte—habló amable la adolescente de cabello castaño. —Me llamó Renesmee Cullen—añadió extendiendo su mano con una sonrisa radiante en sus labios. 

La Henderson se quedó atónica por la manera en que aquella desconocida le estaba hablando, ya que era bastante extraño debido a que siempre se sintió que es la rara. 

—Me llamo Artemis Henderson, un gusto conocerte—respondió el saludo de igual manera. 

Algo en su interior le dice a grito que esa chica se iba a convertir en una buena amiga en la primera, ya que relacionarse con las demás adolescentes de su edad le era complicado, por eso estaba un poco feliz de este nuevo comienzo. 

Sin embargo, justo en el segundo que su mano hizo contacto con el de la Cullen, sucedió algo muy extraño porque por un momento en su cabeza apareció la imagen de aquel lobo misterioso de la noche anterior...

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Hola, mis amores

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Hola, mis amores.
Aquí les traigo el capitulo de está historia.
Ahora sí

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Besos 😘😘😘

𝐌𝐨𝐨𝐧 ― 𝓢𝓮𝓽𝓱 𝓒𝓵𝓮𝓪𝓻𝔀𝓪𝓽𝓮𝓻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora