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En cuanto Valerie llegó al bloque C, ya estaba vacío, sólo Hershel, Beth y Maggie estaban ahí. Daryl se adelantó, no sin antes darle una nalgada para nada disimulada, pero por suerte ya no había nadie ahí.
—Mierda —contestó. Daryl se giró y sonrió, para desaparecer. Llegó hasta la celda de Maggie, la cual estaba junto a Judith. Por suerte, la mujer ya tenía puesto el vestido—. Hey, Maggs.
—¿Qué hiciste? —preguntó Maggie, alarmando a la pelinegra— Sólo me llamas Maggs cuando hiciste algo.
—¡No, no lo hago! —intentó excusarse, pero era mentira— Tengo una sorpresa para ti. Pero, necesito vendarte los ojos.
Maggie, luego de unos minutos, aceptó. Lograron vendarla, comenzando a sacarla del pabellón. Beth llevaba a Judith en sus brazos, mientras Hershel y Valerie le dirigían a Maggie el camino. Llegaron hacia donde estaban todos, justo en donde todas las flores habían crecido. Habían improvisado demasiado bien. Habían sillas suficientes para todos, colocaron arcos de flores en dos postes de madera, simulando un arco, todo eso en menos de un día. Ahí, Glenn esperaba en el "altar" con Rick, Daryl, Carl e Ian como los "padrinos", mientras que en el otro lado estaban Carol, Olivia, Charlotte y ahora Beth como damas de honor. Todos al ver a la novia se levantaron de sus lugares, esperando el momento que le quitaran la venda.
—¿Estás lista? —preguntó Valerie con una sonrisa.
—Estás comenzando a asustarme, Valerie —habló Maggie.
—Relájate —dijo, comenzando a quitarle la venda—. Ya puedes abrir los ojos.
Maggie, con nerviosismo, los abrió. Cuando vio a Glenn en el altar improvisado, con Hugo en medio, supo de qué se trataba. Sus ojos se llenaron de lágrimas al verlo especialmente arreglado para la ocasión, como lo mejor que se pudiese. El asiático, tampoco pudo privarse de soltar unas lágrimas al ver su cara con sus ojos brillando con fuerza. Maggie miró a Valerie, quien tenía una sonrisa.
—Creímos que era tiempo de una verdadera ceremonia —murmuró, mientras le entregaba el ramo de flores. Iba a separarse para ir a su lugar con las demás "damas de honor", pero Maggie entrelazó su brazo junto al de ella, luego de entrelazarlo con Hershel.
—Quiero que vengas conmigo —sonrió, consiguiendo que Valerie llegase a tener lágrimas traicioneras.
Comenzaron a caminar lentamente, llegando hasta el altar. Hershel le entregó la mano de Maggie a Glenn, quien la observaba con una sonrisa de oreja a oreja. El padre besó la sien de su hija, para partir hacia donde el resto de los hombres de su familia estaban. Luego, Valerie abrazó a Maggie y Glenn por separado.
—Gracias —murmuró Glenn, con unas cuantas lágrimas.
Valerie llegó a su lugar, junto a su hija, abrazándola por los hombros. Beth le entregó a Judith, mientras sostenía la caja de madera. La gente se sentó en sus lugares, listos para la ceremonia.
