Dicen que el aleteo de una mariposa puede causar un tornado y terminar con todo a su paso, pero... ¿Quién de los dos será quien terminaría con todo?
¿Johnny quién tiene un objetivo en claro y no habrá nada ni nadie quien lo detenga? ¿Chittaphon quié...
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—¿A qué te refieres, Johnny?— Se atrevió a preguntar, tenía miedo hasta de emitir el más mínimo sonido.
Johnny lo miró con tranquilidad, acercó su mano a la mejilla de éste y lo acarició con ternura.
—Tranquilo, la probabilidad de que mueras es muy baja.— A pesar de que las palabras de Johnny eran para reconfortarlo, su mirada le decía todo lo contrario.— ¿Confías en mí?
Chittaphon tragó grueso.
Normalmente diría automáticamente que sí confiaba en él pero ahora que veía ese lado tan aterrador de Johnny ni una palabra salía de él.
El mayor pudo notarlo y suspiró con cansancio, seguido sacó de su bolsillo una pequeña bolsita con algo que Chittaphon no pudo ver bien puesto que Johnny se lo había metido a la boca.
Al segundo siguiente, Johnny lo agarró por la nuca con una mano para acercarlo a él y besarlo en los labios.
Chittaphon estaba tan aturdido ya que le era difícil leer las intensiones de Johnny, era muy impredecible para leerlo.
Antes de que pudiera darse cuenta, la lengua de Johnny se entrelazó con la suya para después sentir algo en su boca una vez que el mayor se separó de él.
—Tragalo.
Ordenó el mayor. Sin poder pensar con claridad y estando aturdido, Chittaphon obedeció.
—Las posibilidades de morir son tres sobre siete.— Habló Johnhy volvió su mirada al rubio quien miraba aturdido.— Veamos quién tiene suerte.
En ese instante, Johnny llevó el cañón a su sien y sin dudarlo, apretó el gatillo.
—Que mal.— Comentó con lástima. La bala no le había tocado.
Chittaphon a su lado al inicio se sorprendió al ver como el mayor ponía sin pensarlo la pistola apuntando a su sien.
No sabía si Johnny estaba jugando porque quería hacer hablar al hombre o porque quería morirse.
Johnny levantó su mirada a Chittaphon, este al ver que lo mirada se quedó estupefacto, como si el más mínimo movimiento lo matara.
¿Realmente el mayor le haría jugar ese macabro juego?
Pero no podía decir nada, estaba empezando a sentir que su cuerpo se llenaba de adrenalina y todo dentro de él iba rápido, su respiración, los latidos de su corazón, la sangre fluyendo por sus venas.
Era una verdadera sensación de terror y miedo.
El mayor levantó la pistola y apuntó a la frente de Chittaphon.
Todo el cuerpo del menor tembló al tener el revólver apuntándole, sus ojos se ponían llorosos mientras negaba.
—No lo hagas, por favor.— Rogó en voz baja aún sin tener un efecto en el pelinegro.— Detente...