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Boyoung se quedo a dormir en el departamento de los miembros, esta vez estaban en debate de quien le daría la cama a la rubia.

─ Pero Heeseung a compartido cama con ella antes, pueden dormir juntos sin ningún problema. ─ se defendió el menor indignado a compartir su cama.

─ ¿Tu como sabes eso? ─ cuestiono la rubia hacia el japones quien levanto sus hombros curioso.

Boyoung salto sobre el en forma de broma como si lo quisiese matar ahora mismo, el japonés gritaba como loco fingiendo ser asfixiado por la muchacha.

Todos intentaban quitar preocupados a la rubia que estaba encima del rubio menor mientras estos dos solo reían a tal escena que fingian.

─ Esta bien. ─ afirmo frente a los miembros  ─ compartiré cama con . . .

Todos esperaban ansiosos a no ser elegidos por la rubia. Según su mejor amigo, la menor tenia malos hábitos al dormir y difícilmente tendrías que quitártela de encima en la madrugada porque a esta le gustaba abrazar mientras dormía.

─ ¿Jungwon? ─ este solo asintió con una sonrisa sin tener excusas para reclamar.

─ SIIIIIII ─ seis voces aliviadas lograron escucharse en el cuarto y es que eran los demás miembros que no compartirían su cómoda cama.

La noche cayó para aquellos siete miembros junto a la rubia menor, quienes dormían muy cómodamente.

─ Jungwon, me acompañas por un vaso de agua ─ suplico la rubia en un tono bajo para no levantar a los demás miembros.

El peli negro negó miles de veces, levantarse en la madrugada no estaba en sus planes y mucho menos hacer una excepción por su amiga.

─ Jay hyung espanto a los fantasmas, créeme, no hay nadie a esta hora.─ musito por última vez antes de volver a su cómoda postura.

Boyoung ya conocía un poco el departamento así que no tenia problema en ir sola, pero es que tenia mucho miedo a la oscuridad.

Estaba en la puerta del cuarto, la sala mantenía la luz apagada mientras se podía apreciar a lo lejos un pequeño rayo de luz desde la cocina, quien si tenia las luces encendidas; pero para la mala suerte, la puerta estaba entre abierta.

Tomo aire y junto coraje para comenzar a caminar hacia la cocina, sus pies temblaban de miedo, sentía que en algún momento caería y los monstruos de este departamento se la llevarían con ella.

─ ¡BOO! ─ una voz masculina aprecio desde el otro lado de la cocina asustando a la muchacha, este cubrió la boca de la rubia antes que gritará fuerte y despertara a los miembros.

─ Estas loco Heeseung ─ la muchacha golpeo al castaño muy fuerte mientras este solo reía a su lado ─ casi muero del susto.

─ ¿Que haces a esta hora? ─ pregunto el castaño entre risas.

─ Solo vine por un vaso de agua mientras corría por mi vida.─ bromeó la rubia, el solo miro sonriente. ─ ¿que tanto sonríes?

─ Debiste ver tu cara. ─ aseguro él mientras camino por la cocina para servirle algo a la rubia.

─ Eres un tonto. ─ se quejo por última vez mientras ocupaba una banca en la cocina.

Heeseung le dedicaba miradas burlonas mientras esta lo fulminaba con la mirada.

─ El sueño se me a ido, al parecer Jungwon también tiene malos hábitos al dormir. ─ confeso Boyoung mientras hacia tronar su cuello muy suave.

─ Tal vez tuvo mucho estrés hoy .─ supuso el castaño ─ suele tener esos malos hábitos cuando tiene mucha presión en el día; desde que es líder.

─ También eres así. ─ justifico sus palabras ─ hablas dormido.

─ No lo sabia ─ sonrió.

─ Ahora lo sabes ─ aseguro tímida.

Heeseung preparo una leche calentita para la rubia, asimilando que tal vez así el sueño vuelva a ella.

Mientras esta tomaba su bebida, el para nada la dejo sola en toda la noche dado que conocía su miedo a la oscuridad.

Bromearon toda la noche, también confesaron los nuevos sueños que tenían y pequeñas adicciones que ganaron con el tiempo.

─ También tenia un pequeño regalo para ti ─ comento el castaño mientras quitaba una pequeña cajita de su bolsillo y la dejo suavemente sobre la mesa a la vista de la rubia.─ tenia un poco de miedo al dártelo frente a todos.

Boyoung sostuvo la cajita con sus manos y sonrió al ver un pequeño colgante dentro de esta.

─ Es bonito ─ murmuró sonriente.

La rubia le hizo señas para que el mismo pudiera ponerle el colgante, Heeseung asintió feliz y se acercó a ella para colocarle el colgante.

Una vez que aquel objeto dorado estaba rodeando su cuello la rubia giro sobre su eje encontrando la mirada del castaño sobre ella, él solo sonrió a lo que ella imitó la acción.

─ Gracias . . ─ susurro bajo.

Ambos estaban frente a frente, sus respiraciones estaban muy cercas, el corazón del castaño latía con rapidez y las ansias de la rubia aumentaban mas y mas.

El castaño sostuvo la mano de la rubia con tanta delicadeza haciendo que el corazón de esta estallara de emociones.

─ Te extrañe tanto ─ susurro con tanto miedo a lo que fuera a decir la contraria, eran palabras que había querido decir hace algún tiempo atrás pero sus errores lo atormentaban. ─ fui un verdadero tonto el creer que podía vivir sin ti, que tal vez merecías algo mejor pero es que  . . . quiero cambiar para ti, quiero ser un buen chico porque te lo mereces.

La rubia sostuvo más su agarre hacia el y acaricio su mejilla quitando sus miedos.

─ No quiero alejarme de ti, porque tengo miedo de que otra persona pueda ver tu versión de chico lindo y se enamore de ti, como lo hice yo en ese entonces. ─ confesó la rubia a lo que el castaño sonrió apenado ante sus actos lindos que solo sabía tener con ella. 

Y era verdad, tal vez Heeseung no quería que otra persona mas que ella vea esa versión de él, y es que viéndolo desde otro punto de vista, Boyoung había visto todas sus versiones completas y aun así se mantuvo a su lado. Sin juzgarlo, amando sus virtudes y defectos, como lo hacia él con ella.

Sin perder mas tiempo, Heeseung se acerco a ella lentamente presenciando una escena que ambos  anhelaban tener hace tiempo atrás. Sus respiraciones chocaban aun mas a causa de la cercanía y los centímetros que separaban a la pareja eran cada vez menos.

El castaño ya se encontraba besando la comisura de aquellos labios contrarios con tanta timidez , ella había correspondido al beso sin ningún problema.

Sus manos que estaban entrelazadas aseguraron aun mas su agarre jurando no volver a separarse nunca mas.

Llego el momento que tuvieron que separarse debido a que tenían que volver al dormitorio, esta vez la rubia no tenia que preocuparse por el mal habito de su compañero ya que el castaño compartiría su cama con ella; como algún tiempo atrás.

dream | lee heeseung.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora