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La pálida luz de la luna entraba por mi ventana, al igual que el fresco aire de la noche, el ventilador permanecía apagado al igual que el aire acondicionado, tal vez eso fue lo que me despertó, o tal vez la dulce combinación de aromas en el aire, de mi lado izquierdo se encontraba un pequeño taburete con múltiples obsequios sobre el, también una taza de café a medio beber que aun permanecía tibia, a su lado, una caja de galletas, de la misma marca que siempre había en nuestro departamento; y el permanecía ahí a mi costado, podía ver su rostro tranquilo y a su desordenado cabello descender por su frente, sostenía fuerte mi mano frente a su cara, podía sentir su cálido aliento sobre mis dedos.

Mi cuerpo estaba por completo entumecido, pero el siempre fue de sueño ligero, recuerdo como siempre se quejaba de sus dolores de espalda a diario debido a su falta de sueño, ahora de seguro no sería la excepción, traté de acariciar su cabeza con mi mano derecha pero cuando traté de moverla... no había nada. Un terrible dolor de cabeza me invadió por el impacto, la maquina que medía mi ritmo cardiaco se aceleró de forma desproporcionada ¿Qué demonios había pasado?

No sé hace cuanto, tampoco recuerdo muy bien como, todo es borros y el dolor se hacía cada vez mas grande al solo intentar recordarlo, solo retumban en mi memoria los truenos a los que tuvimos que hacer frente en medio de la tormenta, el cielo se iluminaba con cada relámpago, más allá de eso todo se difuminaba poco antes de que un dolor punce como aguja.

El ruido, mis movimientos frenéticos, eso despertó a quien descansaba a mi lado.

- Lucas, despertaste -

- Yugo... ¿Qué mierda le pasó a mi brazo? -

- Oh eso... si, casi te ahogas por culpa de una red, si no lo hubieran cortado te hubiera ahogado -

Me recosté de nuevo, tratando de calmarme, realmente no había nada que pudiera hacer, ahora no tenía brazo... pero que cliché, me miró inquieto soltando mi mano levantándose de su silla, bostezó, rascó su espalda y tronó su cuello

- Voy a... Voy a avisarle a alguien que despertaste, ya vuelvo, no te muevas -

- Como si pudiera hacerlo -

Sonreímos, sonreímos después de lo que parecía ser mucho tiempo, me dio la espalda y caminó hacia la salida, pero antes de dejar la habitación regresó y me dio un fuerte abrazo, su calidez, su amor me daba toda la fuerza que necesitaba, le robé un beso a lo que el solo rio, ver su rostro de cerca me brindaba una paz, sentía como si todos mis vacíos fueran remplazados con un fulgor tibio

- Llevas meses dormido, lávate los dientes primero imbécil -

Dijo golpeándome con una almohada, traté de levantar la mano pero de nuevo, no había nada, esto sería algo difícil a lo cual acostumbrarse, me tomó del mentón y en un suave rose entre sus labios y mi frente me dijo.

- Es bueno tenerte de vuelta -

Se fue con una mirada piadosa en su rostro, la luz en el cuarto era casi inexistente a excepción de los rayos de luna que brillaban con majestuosidad sobre mi cama provenientes de la ventana, esos pequeños hilos que iluminaban la habitación fueron suficientes para percibir los rastros de agua en sus oscuros ojos y un camino seco que recorría desde sus cuencas a su mentón, el pesar de haberlo hecho preocupar me invadía, y como no hacerla, si era la persona que más amaba en el mundo  y la única con la que contaba

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A pesar de ser un momento tan mágico para ese para de enamorados, la magia no podía hacer presencia en todos lados, la magia solo aparece para aquello que la merecen, y por alguna razón, tal vez el odio irracional de un Dios ruin hacia la pequeña de estambre naranja sobre su cabeza, ella aun no era digna de presenciar esa alegría que la magia traía consigo.

Los quejidos de dolor de la pequeña despertaron a casi todo el piso, menos a aquello con oídos sordos al dormir. Las sabanas de aquella niña se tiñeron de un intenso rojo mientras ella rodaba y gritaba por el dolor, su ropa sus manos, todo había sudo cubierto, los niños aterrados comenzaron a llorar sin tener la más mínima idea de lo que sucedía, fue hermana Krone la primera en llegar a toda prisa a revisar que era lo que sucedía, que tragedia que se diera cuanta inmediatamente, tan solo al confirmar la situación cargó a Emma sin cuidado y la metió en una bañera, donde nuevamente todo fue teñido de un carmín tan fuerte como el de las flores de amapola, Emma daba vueltas retorciéndose del dolor mientras el agua fría caía sobre ella, era un infierno el que vivía la chiquilla, poco después entró Ray a la habitación completamente alarmado al escuchar los gritos y ver la sangre regada por doquier

- ¡¿QUÉ MIERDA ESTÁ PASANDO?! EMMA ¿QUÉ TIENES? ¡HABLAME! -

Gritó histérico el muchacho, tomó la mano de la pelirroja con fuerza quien no podía articular palabra, era un dolor indescriptible

- KRONE ¿QUÉ SUCEDE? -

- Al parecer estaba embarazada, échale un ojo un segundo, voy a hablarle a Isabella -

Y fue así como todo se fue a la mierda ¿Cómo pudo haber pasado algo así? Solo un descuido, un torpe descuido por parte de todos, los golpes terminaron con la vida de cosa en su estomago antes de que siquiera pudiera comenzar, de cierta forma era un alivio para todos, ¿Quién querría terminar en un lugar como este? Al final hubiera terminado como su madre, eso si siquiera le hubieran dado la oportunidad de nacer, tal vez su destino hubiera sido el mismo de cualquier manera.

- Muy bien, Isabella viene para acá, tu, tienes que pujar hasta que todo salga, al final es lo más seguro, ya se te pasará en un rato -

Ray acariciaba la cabeza de Emma sosteniendo su mano mientras esta solo podía aguantarse el dolor hasta que todo terminara, y así pasó un rato donde solo se podían oír los gritos de la pobre niña, Isabella llegó tiempo después, pero ni siquiera revisó a la "paciente" había cosas más importantes por hacer.

El llanto cesó a eso de las cinco de la mañana, cuando ya no quedaba nada dentro de Emma, más que un infinito asco.

-  Que bueno que salió antes que que comenzara a notarse, ni siquiera nos dimos cuanta, que curioso, voy a ir por suero y vitaminas, pudiste haber muerto desangrada, es un alivio que todo haya salido bien, ahora no olvides tomarte tus pastillas, ya no eres una niña, no se te pueden olvidar este tipo de cosas -

Repetía Isabella mientras Emma recibía un baño en la bañera por parte de Ray, a quien solo le cabía la rabia y la lástima en sus ojos, ahora más que nunca quería incendiar todo el lugar, que solo le traería recuerdos el resto de su vida y lo anclaba a un pasado del cual jamás podría deshacerse, ninguno de ellos podría.

- Isabella, por favor...  -

Ray sobó su sien cerrando sus ojos echando a Isabella del lugar, realmente estaba harto.

- Está bien, solo porque me lo pides por favor -

Y así, Isabella se marchó del baño dejándolos solos, Ray rogaba en su interior por escuchar la dulce voz de su amiga fuera de aquellos desgarradores gritos.

- No te obligaré a nada pero, por favor, solo háblame, dime lo que tu quieras, pero necesito escucharte ahora mismo -

- Ray, Isabella mordió el anzuelo -

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El capitulo siguiente fue algo incomodo para algunos lectores así que pongo un red flag desde aquí.

Por favor permíteme saber si ves alguna falta de ortografía de cualquier tipo señalándola en comentarios para corregirla lo más pronto posible, gracias <3

𝑬𝒍 𝒋𝒂𝒓𝒅𝒊́𝒏 𝒅𝒆 𝑵𝒐𝒓𝒎𝒂𝒏 🌻TPN fanfic+15 (cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora