24.🧨

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Y estaba, una vez más, frente a mi sin decir una palabra.

Cubierto por mugre, sediento, sudado y con una amarga mirada que intentaba esconder de manera muy insatisfactoria en mi opinión.

Casi cinco de la mañana, casi seis, ya iba por el decimo sueño cuando mi cerebro creyó haber escuchado un tiroteo.

Aventé a lucas al suelo en su lado de la cama y yo me tire de mi lado, ambos recogimos los rifles debajo de esta de manera instintiva.

Entonces se escuchó una vez más.

¡PAM PAM PAM PAM!

Ya despiertos caímos en cuenta de que era una falsa alarma, solo era un loquito tocando en la madrugada con muchos huevos.

Lo pensé mejor y eso significó para pronto volver a subir la guardia, ¿Qué clase de imbécil desquiciado toca así la puerta de alguien una madrugada? No podía ser nada bueno.

Lucas iba detrás de mi aunque insistí en que se quedara, ambos bajamos las escaleras con arma en mano y paso sigiloso.

Asomé mi ojo por la mirilla de la puerta y para sorpresa de ambos, era el fan de my chemical romance.

Estaba a punto de tocar otra vez cuando decidí tener piedad y abrirle.

- Hey -

Dijo de lo más casual.

- ¿Tienen comida? Muero de hambre -

Entró cómo juan por su casa, se abrió paso empujándome con desinterés en el abdomen, casi bromeando, pero la vacía mirada en sus ojos y el temblor en su voz me decían que no había remate.

En solo su tacto pude sentir su mano helada, a penas podía mantenerse de pie a juzgar por el tambalear en sus pasos, parecía que lo había arroyado un camión.

Abrió el refrigerador y de adentro sacó un bote de pollo frito que llevaba al menos tres días dentro, se lo comenzó a devorar como si en su vida hubiera probado algo tan delicioso, más bien cómo si nunca hubiera probado bocado en general.

Simplemente no podíamos dejar de verlo, mil preguntas y ninguna parecía correcta, bueno para mi si, pero el manco me calló absolutamente todas las veces que intenté abrir el pico, en el fondo sabía que era para bien.

- Isabella está muerta -

Escupió cómo si nada mientras seguía masticando su pollito frío y tieso, lo seguimos mirando, esperando algo más, cualquier cosa, algo que nos quitara esta incertidumbre y fuera ligeramente menos desconcertante, pero no hizo más que reírse de nuevo en nuestras caras.

- Maté a Dios -

Dijo con una ligera risa ahogada mientras asentía con los ojos bien abiertos y masticaba el hueso de un muslo de pollo.

Entonces volvió a reír.

- Lo que es más, al menos la mitad de los niños están muertos y fue mi culpa -

Siguió, su entrecejo comenzaba a fruncirse y esa chispa de preocupación solo crecía y crecía en mi.

- Creo que... -

Tomó un alita, la miró y la mordió.

- Necesito terapia -

Dijo Volviendo a reír, esta vez más fuerte balanceando lentamente su cuerpo hacia adelante, hasta que dejó caer su cabeza sobre la mesa, y la risa se transformó lentamente en lamentos de agonía.

En toda mi vida, jamás pensé que lo vería así, lamentando sus acciones, lamentando una vida de la que el no pidió ser parte pero le tocó vivir y gran parte de eso era mi culpa.

𝑬𝒍 𝒋𝒂𝒓𝒅𝒊́𝒏 𝒅𝒆 𝑵𝒐𝒓𝒎𝒂𝒏 🌻TPN fanfic+15 (cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora